¿Cómo le sentaría el Brexit a España?

En el panorama informativo económico actual hay dos grandes hitos a corto plazo. Uno de ellos son las elecciones españolas del 26 de Junio. El otro es el referéndum británico sobre la permanencia en la Unión Europea, que tendrá lugar el próximo 23 de Junio. Actualmente tenemos continuas encuestas sobre dos eventos determinantes para el futuro económico de España.

En concreto, sobre la posibilidad de que los británicos decidan que vaya a haber un Brexit, les traemos el análisis de hoy, que se centrará en las más que relevantes repercusiones que esta decisión tendría para la economía española.

Una decisión con enormes consecuencias económicas

Sobre el Brexit en sí mismo, simplemente diremos que la mayoría de los británicos se lo plantean como una decisión política. Muchos de los partidarios de dejar la unión son conscientes de que ello conllevaría un coste económico nada desdeñable. Pero los británicos partidarios del “Leave EU” están dispuestos a asumir ese coste económico porque no creen en la realidad política que se está configurando en torno a Bruselas, y la forma en que esta realidad política europea choca a nivel nacional con la forma en que ellos entienden la democracia y la economía británicas.

El caso es que si el próximo 23 de Junio gana el voto en contra de la Unión Europea, va a haber un gran impacto económico tanto para los británicos como para el resto de los europeos, y también, más concretamente, para España. Para poder entrever cómo nos afectará este impacto, vamos a analizar cuales son las variables que cambiarán de valor y cómo nos afectarán.

Los primeros mercados en reaccionar serán los mercados de divisas

Uno de los primeros mercados, sino el primero, que reflejará la nueva realidad europea de un posible Brexit tras el referéndum será el mercado cambiario. El mercado de divisas es el mercado capitalista más líquido del mundo, y efectivamente pueden ustedes estar seguros de que la cotización de la libra y del euro serán las primeras variables que cotizarán el nuevo escenario. Lo más previsible es que un Brexit abriría una enorme brecha en el proceso de construcción europeo a nivel político, habiendo algunos sectores que aseguran que podría incluso llevar a la desintegración europea. Además sería un divorcio con costes económicos más allá de una simple separación de bienes, ya que el actual escenario de libre circulación de mercancías y capitales tocaría a su fin, suponiendo a corto y medio plazo un serio riesgo para el comercio intra-europeo, que sin duda afectaría negativamente tanto a las islas británicas como al resto de Europa.

El verdadero peligro sería la falta de confianza en el proyecto europeo a todos los niveles

Con ello, lo más probable es que tanto la libra esterlina como el euro abriesen el día 24 de Junio en los mercados de divisas con una soberana caída. Si bien esto automáticamente aumentaría la competitividad de ambas economías frente al resto de jugadores globales, el problema es que, más que la reacción de unos mercados que ya empiezan a día de hoy a descontar parcialmente la decisión, el verdadero peligro sería la falta de confianza que una debacle demostraría por parte de los mercados internacionales en las dos partes a cuya relación los británicos han decidido unilateralmente poner fin.

Si bien la proporción de las caídas seguramente será diferente para una Europa con mayor músculo financiero y capacidad para contrarrestar los bandazos post-declaración-de-divorcio, y una Gran Bretaña económicamente de menores dimensiones, y por lo tanto más vulnerable frente a los fuertes vaivenes de los capitales internacionales. Lo primero que ha de mirarse para evaluar el impacto del Brexit en España es la variación de la paridad euro-libra. Como les decía antes, es probable que la libra sufra una caída más profunda que el euro, con lo que automáticamente las importaciones británicas en España se abaratarían, y las exportaciones españolas a Gran Bretaña se encarecerían en la misma proporción.

Las importaciones y exportaciones con el Reino Unido sufrirían inevitablemente cambios importantes

Las exportaciones españolas al Reino Unido ascendieron en 2015 a 18.200 millones de Euros, siendo el principal sector exportador con 5.300 millones de Euros el sector del automóvil, seguido con un montante en torno a los 3.400 millones de Euros por los sectores de bienes de equipo, alimentos y semimanufacturas. Pueden leer más datos al respecto en este enlace del ICEX del Ministerio de Economía. Como decíamos, estos exportadores verían cómo un derrumbe de la libra esterlina más profundo que el del Euro tendría un impacto sobre unos precios de producto que subirían en Gran Bretaña. Pero el principal riesgo para los exportadores españoles a Reino Unido no sería precisamente el brusco cambio en el mercado de divisas: ése es sólo el cambio más inmediato. El gran riesgo para nuestros exportadores es la incertidumbre que se abre ante la necesidad de firmar acuerdos bilaterales de nuevo cuño entre el Reino Unido Brexit y el resto de la ya extranjera Unión Europea.

De cara a la estabilidad en un escenario post-23J, el mercado común europeo pondría a prueba por primera vez la capacidad del eurosistema para preservar el funcionamiento del mercado intra-europeo, puesto que el primer socio comercial de España tanto para importaciones como para exportaciones es el mercado de la zona euro. Con ello, debido a que compartimos una divisa común, se puede decir que la mayor parte de nuestra capacidad exportadora y de nuestro mercado de importación, debería permanecer más o menos estable. Sin embargo los británicos no podrán decir lo mismo, o más bien podrán decir justamente lo contrario: su mayor socio comercial es la Eurozona, y los fuertes movimientos cambiarios que una declaración de Brexit puede originar afectarán de lleno tanto a su capacidad exportadora, como al precio de los bienes que importan de los países del Euro.

Tras el mercado de divisas será el mercado de bonos el que cotice la desunión

El segundo mercado que más rápidamente reacciona ante cambios de escenario repentinos, más que las bolsas, es el mercado de los bonos. A primera vista el impacto en España en términos de cambios en la prima de riesgo se podría pensar que no debería ser relevante, puesto que la prima de riesgo española se mide por diferencial con el bono alemán, y tanto España como Alemania está claro que seguirán en la Eurozona tras la decisión del referéndum del 23J. Pero recordemos que lo que se juega Europa el 23J no es sólo un miembro de pleno derecho que pasa a ser tan sólo un socio comercial, sino que lo que queda en entredicho es la propia credibilidad y el futuro del proyecto Europeo.

Por ello, es de esperar que una declaración de divorcio por parte de Reino Unido, siembre serias dudas sobre la capacidad de supervivencia del proyecto paneuropeo, y que por lo tanto las primas de riesgo de las economías más débiles de la Eurozona repunten con fuerza. Esto será debido a que los mercados internacionales entienden que una España de economía más débil sin el respaldo de una Europa fuerte detrás sería más vulnerable, mientras que una Alemania pujante sin que tenga que remolcar a países menos fuertes saldría a corto plazo fortalecida.

La incertidumbre sobre la flotabilidad del barco europeo tras el Brexit se reflejaría en tensiones en la prima de riesgo

Seguramente en este escenario, las consecuencias intraeuro que no podríamos ver reflejadas en el mercado cambiario por compartir tanto España como Alemania un Euro común incluso después del 23J, las veríamos reflejadas en la prima de riesgo. El diferencial del bono español respecto al alemán recogería un importante retroceso de un bono español mucho más débil sin Europa, además del emerger del bono alemán como valor refugio de los capitales que huirían de la Europa periférica. Las tendencias opuestas de ambos bonos tensionarían fuertemente la prima de riesgo española.

El Banco Central Europeo debería utilizar los mecanismos ya aprobados para realizar compras masivas de bonos periféricos, incluido el español. En caso de que el BCE no consiguiese estabilizar los mercados, una prima española disparada cortaría abruptamente las alas a la relativa bonanza económica reciente que ha venido a España de la mano de una financiación estatal de nuevo barata, que pasaría a ser otra vez cara, y de un barril de petróleo que se hundió por debajo de los 30 dólares, y que ya ha alcanzado los 50 dólares por barril: con un Euro débil, y cotizando internacionalmente en dólares, vería incrementar aún más su precio denominado en Euros. Ambos factores revertirían el cóctel virtuoso que ha permitido la relativa y reciente recuperación económica española para invertir su influencia sobre nuestra economía y dejar sentir de nuevo su capacidad de círculo pernicioso.

Por último los mercados bursátiles acusarían la falta de confianza en el Eurosistema

Y tras el mercado de divisas, y el de bonos, vendría el tercero en discordia. Las bolsas también reaccionarían rápidamente ante el nuevo escenario de euro-incertidumbre. Tan pronto como abriesen los mercados bursátiles, veríamos un desplome de todas las bolsas europeas. Ya sé que no se extrañarían en absoluto de esta reacción, de hecho seguramente es la primera en la que han pensado ustedes tras leer el titular de este artículo. Pero no por obvia, debemos dejar de comentarla. La incertidumbre es una muy mala compañera de las bolsas, puesto que su lectura es que allá donde se siembran dudas, el futuro es incierto, y por lo tanto los riesgos toman un papel protagonista que siembra el pánico entre unos operadores bursátiles que prefieren poner su dinero a salvo en activos refugio hasta que la tormenta escampe.

Los lazos económicos que van más allá de los mercados y la macroeconomía

Pero hay otro factor lo suficientemente relevante para ser comentado expresamente en este artículo. Más allá de los mercados internacionales, más allá de la macroeconomía, más allá de las exportaciones y las relaciones comerciales, hay otros lazos económicos muy importantes entre Reino Unido y España que quedarían en el aire en el mejor de los casos. No hay que olvidar de la gran importancia a nivel mircroeconómico de la importante colonia de británicos que residen en España.

Sería importante el impacto sobre las colonias de británicos y sus efectos en algunas zonas costeras e insulares españolas

Este factor es muy importante para demasiados municipios costeros e insulares españoles, máxime cuando la mayor parte de esta colonia británica son jubilados pensionistas con una asignación mensual transferida directamente por el gobierno británico y por un importe que les otorga un poder adquisitivo muy alto para los estándares nacionales, y especialmente en zonas periféricas a las zonas españolas más pujantes, que es donde habitualmente se asientan estas colonias buscando tranquilidad y buen clima. El fin de la libre circulación de capitales podría poner coto a las transferencias de pensiones del gobierno británico. Pero el fin de la libre circulación de personas supondría un obstáculo todavía más importante, pues impediría a estos ciudadanos moverse libremente entre Reino Unido y España, y lo que es más importante, supondría nuevas restricciones a la hora de establecer su residencia habitual en España.

Con ello, muchos de los ciudadanos británicos, muy a su pesar, podrían optar por volver al clima lluvioso y gris de las islas británicas, provocando un desplome del mercado inmobiliario de segundas residencias en ciertas zonas costeras e insulares, además de deprimir las economías locales por un decrecimiento poblacional de una bolsa de consumidores relevante y con un alto poder adquisitivo.

Pero se habla del Brexit y nadie analiza el Brestay

Y para finalizar nuestro análisis de hoy, vamos a analizar las consecuencias de un Brestay si el Brexit no se consuma. A buen seguro que ya han leído ustedes muchos artículos hablando del Brexit y sus consecuencias, pero es mucho más improbable que hayan leído análisis sobre el Brestay, y es un escenario importante que también hay que analizar. Ya saben que en El Blog Salmón no les dejamos con el análisis en los labios, y que aquí, por analizar, analizamos hasta las últimas consecuencias.

El análisis del Brestay es mucho más sencillo. Básicamente aqui sólo hay dos posibilidades. La primera es que, superada la angustia de una disyuntiva resuelta favorablemente, todo en Europa siga igual que hasta ahora: esto supondría a largo plazo nuevos riesgos para un proyecto europeo cuyos cimientos está claro que ya se han movido, aunque no hayan llegado a resquebrajarse por el momento. Y la segunda opción, por la cual un servidor firmaría ahora mismo, es que, tras el Brestay, las élites europeas tomasen conciencia del gran riesgo que Europa ha corrido, y que se replanteasen un proyecto europeo menos Brussel-crático, más integrador, ilusionante de nuevo, y sobre todo, tan cercano a los europeos como lo fue en un principio.

Hay que tener en cuenta que el trasfondo del Brexit es un tema mucho más profundo que el alejamiento británico o las meras consecuencias en los mercados. Tanto haya Brexit o Brestay, ya hay unas consecuencias palpables muy claras para todos los europeos, que se analizaron desde otra perspectiva en este otro interesante artículo: "La importancia de tener ideales o Los problemas de una Europa sin aspiraciones socioeconómicas"

El problema de cuando la incertidumbre es el escenario más probable

El caso es que con un supuesto Brexit se abriría una ventana de riesgo país para las economías del viejo continente en la que lo peor no son los factores negativos más o menos previsibles como los que les he expuesto en los párrafos anteriores. Lo peor del Brexit realmente es la certeza de la incertidumbre a la que nos enfrentaremos con total probabilidad, y que viene del hecho de que nadie sabe a ciencia cierta el impacto que un hecho económicamente tan relevante puede tener sobre el conjunto de las economías europeas, y por extensión, debido a la magnitud del evento económico en cuestión, el posible contagio a los mercados mundiales.

Dado que uno de los grandes riesgos que supone el Brexit es el de ser la tumba del proyecto panaeuropeo, y por extensión el fin del Euro, paradójicamente me permito recordarles como parte de este análisis de riesgos la misma cita con la que el consejo de sabios alemanes contestó a la pregunta de qué supondría la fundación del Euro para las economías europeas: “El Brexit(euro) nos enseñara de economía más de lo que la economía puede enseñarnos sobre el Brexit(euro)”.

Me despediré hoy advirtiéndoles que, si navegan ustedes por los mercados, deben tener en cuenta que este análisis es tremendamente caduco para ser usado como brújula de inversiones. No hace falta que les recuerde que muchas veces la bolsa descuenta antes de una fecha una posible incertidumbre, a veces parcialmente, a veces totalmente, a veces pasándose sobradamente de largo. Es por ello por lo que deben tener ustedes siempre en mente el clásico “Buy the poll(rumour), sell the news”, porque si, como ya ha empezado a ocurrir desde el jueves pasado, el mercado descuenta contundentemente el peor escenario, el daño ya estará hecho para cuando llegue el resultado del referéndum.

Eso sí, siempre les quedará la parte de nuestro análisis que hemos enfocado al largo plazo, que, entre ustedes y yo, una vez descontado el volátil y voluble corto y medio plazo, es lo que realmente nos debe preocupar, pues es como los posos que quedan tras beberse una copa de vino: es lo que realmente hay que acabar fregando.

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