Después de un largo debate que se prolongó hasta la madrugada de ayer, los ministros de finanzas de los 17 países de la zona euro dieron luz verde al desembolso de 130 mil millones de euros a Grecia, pendientes desde octubre del año pasado. De estos 130 mil millones, 100 mil millones corresponden a ayudas públicas y los 30 mil millones restantes constituyen garantías para ofrecer a los acreedores privados un incentivo para el canje de deuda.
Pero tras este acuerdo, Grecia se ha colocado una camisa de fuerza dado que ha entregado su soberanía e independencia fiscal a la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la conocida troika que comienza a tomar las riendas de Europa. Los funcionarios de la troika se instalarán en Atenas para vigilar cada euro que entra y sale y para agilizar las privatizaciones que esperan aportar al país 50 mil millones de euros, casi un cuarto del PIB anual, de aquí a 2015.
Sin embargo, la tragedia griega está lejos de terminar y se estima que el país no podrá conseguir su meta de 120% de deuda pública de aquí al 2020 dado el débil crecimiento que espera al país heleno (ver gráfica) en los próximos años. Grecia no podrá bajar con la rapidez que se espera su actual deuda pública de 160% del PIB y requerirá antes de 2014 un nuevo plan rescate por 170 mil millones de euros para mantenerse en la zona euro, un lujo que se ha convertido en auténtica pesadilla.
La gráfica nos muestra el Pib de Grecia de 2000 a 2011 y su pronóstico hasta el año 2030. El crecimiento proyectado a partir de este año estima un nivel de 3% para el año 2015 y luego un crecimiento plano, por quince años, a razón del 2%. Aunque esta cifra puede resultar un tanto pesimista, la verdad es que es demasiado optimista, dado que no toma en cuenta el deterioro que viene para Grecia en materia de crecimiento y empleo.
Reducciones excesivas y respiros para la banca
Entre los acuerdos que el gobierno heleno debió suscribir para acceder al rescate, está la reducción adicional del 1,5% del PIB en proyectos de inversión pública, y la aplicación de más reducciones salariales y más recortes a las pensiones. El salario mínimo mensual se redujo en un 22%, y en un 32% a los trabajadores menores de 25 años. Además, a 15.000 trabajadores del Estado se les reducirá el sueldo en un 60% y luego serán despedidos. El objetivo es reducir la fuerza de trabajo estatal en 150.000 personas en 3 años. Todo para reducir el déficit.
El problema es que estas medidas de austeridad hundirán aún más a Grecia y no podrá recuperar una senda de crecimiento que le permita pagar los intereses de la deuda. Si la deuda pública hoy está en el 160% del PIB, con las nuevas medidas está más cerca de subir al 170% del Pib que bajar al 150% del PiB, pese a las privatizaciones que espera realizar por valor de 50 mil millones de euros de aquí a 2020. Tampoco ayudará el que Grecia pueda acceder a financiamiento al 3% en lugar del 8%. Si no hay crecimiento, ni siquiera se pueden pagar los intereses. Esto es la esclavitud de la deuda. La combinación fatal de austeridad y desempleo está sumergiendo a Europa en la recesión.
La fuerte intervención económica de Grecia dada por el FMI y el BCE demuestra que el país está en la quiebra y que las medidas de la troika solo siguen buscando ganar tiempo para evitar que la pandemia se expanda al resto de Europa. En el quinto año de la crisis, la UE sigue mirando las acciones varios pasos atrás y solo busca ganar tiempo para levantar un muro de contención en Portugal y cortar la propagación de la crisis en ese frente.
El punto central, y de lo que nada se dice en la prensa, es que los respiros son una vez más para la banca y nada para inyectar vitalidad a la economía. Del actual rescate por 130 mil millones de euros, el 95% está destinado en primer lugar a cubrir los compromisos con la banca y los tenedores de bonos. Y será el FMI y el BCE, y no el gobierno griego como piensan algunos, los que administrarán cada euro del paquete de rescate.
Por otra parte, hay otro factor que puede cambiar la actual agenda que espera el FMi y el BCE: en abril hay elecciones en Grecia y puede asumir un gobierno alejado de los actuales Pasok y Nueva Democracia, los gobernantes actuales. Esto da un horizonte de dos meses a los líderes europeos para encontrar la manera de apuntalar a Portugal y ayudarlo a resistir hasta el 2014. Si cae Grecia, Portugal no resistiría más de dos años en la zona euro y podría hacer que la crisis avance hacia la ficha siguiente, España, donde se librará la batalla final por el destino del euro.
En El Blog Salmón | Grecia sigue siendo el talón de Aquiles de Europa, Diferencias y similitudes entre Argentina 2001 y Grecia 2012