Las razones por las que Bitcoin puede quebrar como proyecto (y crypto-moneda)

Bitcoin es todo un referente entre las crypto-monedas, también llamadas monedas virtuales. Bitcoin no sólo fue la primera en alcanzar el éxito más mainstream que ha conseguido el subsector, sino que también fue la primera en implementar Blockchain. De hecho, Bitcoin fue desarrollada en medio del secretismo más absoluto por el enigmático Satoshi Nakamoto, y en paralelo al propio protocolo Blockchain. Éste es un protocolo de bloques descentralizado, en el que se basa Bitcoin, y que le confiere a la moneda sus características más confiables.

Pero no crean que esa "confiabilidad" es inquebrantable. Aunque poco conocidas y divulgadas, Bitcoin presenta a día de hoy serias limitaciones técnicas, y ni siquiera la propia comunidad de Bitcoiners se logra poner de acuerdo en qué camino tomar para solventar una situación que pone en peligro a la crypto-moneda como proyecto. Hoy analizaremos con ustedes cuáles son esas principales limitaciones técnicas de Bitcoin, así como los riesgos que entrañan para su dinero y... para usted.

Aviso a navegantes: burbuja y limitaciones técnicas son cosas (muy) diferentes

Pero Bitcoin no es la panacea monetaria hecha bits, ni mucho menos. Bitcoin obviamente tiene sus riesgos, a menudo menospreciados o ignorados por el público en general, y a veces incluso entre la misma comunidad techie. Y estos riesgos van más allá de los puramente especulativos sobre los que ya les hemos alertado en varias ocasiones, también hay riesgos de diseño, inherentes a la propia arquitectura con la que Bitcoin fue acuñado (si me permiten esta expresión tratándose de una moneda virtual). Antes de proseguir, he de decirles que antes comentaba que Bitcoin fue la primera moneda virtual en ser implementada bajo Blockchain, pero no la única. Ethereum también se basa en Blockchain y, por lo tanto, dependiendo de cuáles sean en concreto, podría heredar tambien algunas de las limitaciones del protocolo.

Ya que hablamos de riesgos, tan sólo una breve actualización sobre el tema de la burbuja de crypto-monedas. Ya les advertimos al respecto en este análisis, pero en los últimos días podríamos (remarco el uso del condicional como algo no seguro al 100%) estar asistiendo ya al estallido de la burbuja de crypto monedas que les anticipamos en su día. La corrección de los últimos días ha sido importante, especialmente para Ethereum, la efervescente moneda que, tras la estela de Bitcoin, tiene mayores pretensiones más allá de ser una mera crypto-moneda, y pretende además dar cabida en su diseño a importantes aspectos como los llamados "contratos inteligentes".

Pues bien, después de su salida a cotización, los Ethers (moneda en circulación basada en el protocolo Ethereum) han hecho un largo camino con varias paradas. En la preventa de Ethereum, a mediadios-finales de 2014, los Ethers cotizaban rondando los 0,30$/Eth. A principios de este año 2017 (antes de que empezase el último burbujeo) la cotización era de 8,24$/Eth. Alcanzó a mediados de Junio un máximo en torno a los 400$/Eth. La corrección que puede ser potencialmente un estallido de una posible burbuja le ha llevado hasta el entorno de los 150$/Eth, y de ahí se ha recuperado hasta los 240$/Eth.

Bitcoin lleva una carrera parecida en este período. Parecida en forma, que no en términos porcentuales. La serie de Bitcoin aproximadamente para las mismas fechas es: primeras cotizaciones de $/BTC el 25/04/10 en el extinto BitcoinMarket.com (que fue el primero en operar) a razón de 0.003$/BTC, el 1/1/17 (antes de la última rampa de subida) cotizaba a 909$/BTC. Tocó su máximo pico alrededor del 4/6/17 a 2.931$/BTC, para corregir posteriormente hasta los 1.969$/BTC; el último rebote le ha llevado a oscilar entorno a 2.345$/BTC.

Para valorar correctamente estos datos, he de recordarles que este comportamiento no es en absoluto concluyente ni en el caso de Bitcoin ni en el de Ethereum, y puede ocurrir perfectamente que éste no sea el potencial pinchazo sobre el que les alertamos. En el caso de Bitcoin (no así de Ethereum que vive en su más tierna infancia) ya hemos visto comportamientos similares en ocasiones pasadas, y la crypto-divisa siempre ha acabado saliendo al alza y marcando nuevos máximos. Las crypto-monedas son activos tremendamente volátiles, en el sentido de la tendencia y en la proporción: pueden pasar perfectamente en unos días de subir como cohetes a sondar las fosas Marianas. Es por ello por lo que aún es pronto para poder afirmar con criterio que podamos estar asistiendo ya a ese potencial pinchazo de las crypto-monedas del que les hablábamos.

No obstante, permítanme indicarles las grandes similitudes que encuentro hoy por hoy entre el estado de la actual crypto-burbuja y aquellos demanes que se cometieron en los meses inmediatamente precedentes al pinchazo de la famosa burbuja ".com". Una de esas similitudes, indicativas del grado de sobrecalentamiento especulativo del mercado de monedas virtuales, es por ejemplo noticias como ésta que les enlazo, en la que la crypto-moneda "Useless Ethereum Token", auto-declarada como una moneda virtual totalmente inútil, ha llegado a recaudar absurdamente en su ICO (salida a cotización) 250 Ethers. Tal vez no les parezca mucho dinero, pero es dinero tirado literlamente a la basura, y que hayan recaudado esta cantidad es una evidente muestra del sinsentido que ha alcanzado el sector, en el que hoy por hoy se compra todo crypto-activo por el mero hecho de serlo: vamos, exactamente igual que lo que pasó con las ".com".

Esta breve actualización sobre el estado de la crypto-burbuja sólo tiene un sentido: cuanto más inflada esté la burbuja, en caso de que las limitaciones técnicas se traduzcan en falta de confianza y/o malfuncionamiento del mercado Bitcoin, más dura será la caída. Ahí está el motivo por el que les vuelvo a actualizar sobre el tema de la crypto-burbuja por segunda vez en tan sólo unas semanas. Pero volvamos al tema de las limitaciones técnicas, que verdaderamente era el tema de hoy.

La cara más arriesgada de Bitcoin: desde ignorada hasta menospreciada

Como todo diseño informático, debemos empezar este párrafo diciendo que Bitcoin ha podido ser muy bien diseñada, pero es imposible que esté diseñada para cualquier futuro que finalmente le haya podido llegar. Los profesionales y usuarios del mundo de la TIC, incluso los más acérrimos techies, saben que los bugs y sus consiguientes parches son inevitables en todo lo relacionado con el desarrollo y el software. Por muy genio que fuese Nakamoto, no podía adivinar todos los futuros usos que el devenir reservaba para su tecnológica divisa, ni en funcionalidad ni en carga computacional o adopción masiva. Bitcoin es imposible que esté diseñada alcanzando la perfección, motivo por el cual deberá reinventarse en alguna (sino varias) ocasiones a lo largo de su (esperamos) larga vida.

Por un lado tenemos las limitaciones técnicas asociadas, no ya a la propia arquitectura de Bitcoin y Blockchain, sino a las propias plataformas de negociación. Como en todo mercado, en Bitcoin hay mercados de negociación donde se compran y venden los Bitcoins, y éstos tienen unas plataformas y una infraestructura informática concreta. Ha habido numerosos casos, no ya de hackeos y robos masivos de Bitcoins como los del malogrado y extinto Mt. Gox u otros, sino de problemas operativos como los recurrentes de la plataforma Bitfinex o incluso algún caso de otras plataformas "teóricamente" solventes y seguras.

Y digo que estos problemas operacionales suponen un riesgo no desdeñable porque ¿Se imaginan ustedes qué ocurriría si por ejemplo el broker de BBVA de repente no pudiese negociar acciones durante unas cuantas horas? Esto es ni más ni menos lo que ocurre con algunas plataformas de Bitcoiners, y sin duda es un riesgo a tener en cuenta, puesto que puede implicar un mercado con cierto riesgo de ser ilíquido cuando usted más lo necesite.

Pero a estas limitaciones de plataformas concretas, se unen las limitaciones propias del diseño y la arquitectura de Bitcoin (y por lo tanto son comunes a todas las plataformas), que por ejemplo en el caso concreto de Bitcoin suponen un límite actual de 7 operaciones por segundo. Los propios desarrolladores de Bitcoin llevan mucho tiempo discutiendo cómo solventar este escollo, y el riesgo surge en el momento en el que las dos principales posturas existentes parecen totalmente irreconciliables.

El cisma podría llegar en breve al mundo Bitcoin ante la falta de acuerdo

Como pueden leer en esta noticia de Business Insider, el célebre sitio de noticias financieras no duda en calificar la situación en torno a las limitaciones de Bitcoin como de "Guerra Civil", puesto que el tema incluso amenaza con provocar una escisión de Bitcoin. Dependiendo de cómo se acometa este potencial escenario, dado que Bitcoin es el estandarte más crypto-mainstream en lo que se refiere a fiabilidad e imagen, si se desencadena una crisis de confianza en Bitcoin, la situación podría generar una ola general de desconfianza en el sector... O tal vez no, tal vez los billeteros virtuales acudirían raudos y en masa a otras opciones todavía consideradas fiables como los Ethers.

El temido "hard fork" que dividiría a Bitcoin en dos mundos aparte, sin acuerdo posible, tiene su origen en las posibles soluciones a un gran problema: Bitcoin se ha hecho tan popular que su arquitectura y su plataforma distribuída no es capaz de soportar y procesar toda la carga computacional que demandan las transacciones diarias actuales. El actual límite de los bloques de Blockchain, que sustentan las transacciones de Bitcoin, hace que actualmente el retardo que se produce al intentar hacer una transacción no sea en absoluto operativo. Hoy por hoy, la confirmación de una compra en Bitcoins puede tardar horas en llegar, lo que hace a Bitcoin actualmente inviable como moneda de uso masivo y para el día a día del común de los ciudadanos. El caso es que ya no es que Bitcoin no pueda seguir creciendo con estas limitaciones, sino que actualmente se puede considerar que ya apenas funciona para muchos casos de uso.

Y mientras tanto, el mundo Bitcoin se ha polarizado en dos bandos claramente enfrentados, y cuyas propuestas de solución son técnicamente incompatibles entre sí. No obstante, hay que decir que el agrio debate también tiene tintes ideológicos e incluso filosóficos. Como pueden leer en el artículo anterior, en una esquina del ring tenemos a "Bitcoin Unlimited". Esta corriente de bitcoiners agrupa a los mineros, que aportan capacidad de cómputo a la red para procesar las transacciones, y son recompensados a cambio con los nuevos Bitcoins "acuñados", obtenidos al resolver nuevas soluciones a una compleja fórmula matemática. Estas soluciones se traducen en nuevas claves criptográficas para nuevos bitcoins: verdaderamente, sin los mineros Bitcoin no podría funcionar.

"Bitcoin Unlimited" tiene el problema añadido de que algún día este incentivo desaparecerá, porque, por características del algoritmo matemático que sirve de base a Bitcoin, el sistema fue diseñado a propósito por Satoshi Nakamoto para que el número máximo de Bitcoins posibles fuese de 21 millones. Sin incentivo, los esenciales miners (en su mayoría profesionales con equipos muy potentes) no querrán aportar capacidad de cómputo a la plataforma para procesar las transacciones, y por lo tanto la red Bitcoin colapsaría. Como solución, según pueden leer en el enlace anterior, "Bitcoin Unlimited" propone dar el poder a los miners y nodos de la red Bitcoin, y que tengan la potestad de poder votar para decidir entre ellos cuándo y cuánto aumentar el tamaño de los bloques de Blockchain cuando sea necesario. Ello les daría en la práctica el control de la red, y la posibilidad de establecer comisiones cuando ya se haya alcanzado la cifra de 21 millones de Bitcoins y no haya incentivo posible a la minería.

En la otra esquina del ring está "Segregated Witness", que, como nos explicaba Business Insider, agrupa a la rama más idealista de Bitcoiners. Los desarrolladores de la crypto-moneda y sus más desinteresados entusiatas se cuentan entre los que apoyan esta opción. Su propuesta se basa en hacer tansformaciones funcionales y quitar información inútil del payload de cada transacción, con lo que se ganaría en eficiencia y se incrementaría sensiblemente la potencia de la plataforma Bitcoin, lo cual le permitiría soportar cargas computacionales mucho mayores. Esta opción es la más pragmática, puesto que respetaría la filosofía más primigenia e idealista de la comunidad Bitcoin, y mantendría el poder sobre la red totalmente descentralizado, escapando al control de los miners o de cualquier otro agente económico.

El combate se aventura encarnizado, y de hecho lleva literalmente años abierto sin que se haya podido lograr un acuerdo de consenso por el momento. Visto el desarrollo de los acontecimientos desde el origen del debate casi en los albores de Bitcoin, no se puede descartar en absoluto el escenario del "hard fork", que, de hecho, hoy por hoy, es la opción más probable a la vista de lo irreconciliables que son tanto las propuestas como las motivaciones de las dos comunidades que defienden a cada opción. Otras monedas como Ethereum han sufrido un "hard-fork" y no ha pasado nada, pero también es cierto que éste ha tenido lugar en la más estricta intimidad. Bitcoin es mainstream, y noticias como un "hard-fork" pueden dejar muy tocada la confianza en la crypto-moneda por parte de inversores y ciudadanos que poco saben (ni tienen por qué saber) de Bitcoin y sus protocolos. Como muestra del riesgo, pueden leer en esta noticia cómo recientemente Bitcoin sufrió en unas horas una corrección del 20% debido a un recrudecimiento de la lucha entre "Bitcoin Unlimited" y "Segregated Witness".

Y en último lugar, por lo que se refiere a la disociación natural entre los mundos de la banca tradicional y el de Bitcoin, tenemos aquí una nueva causa de posibles limitaciones de la crypto-moneda. Como activo financiero emergente que se precie, no hay apenas regulación aplicable al mundo Bitcoin, mientras que para el caso de la banca tradicional podemos ver una de las regulaciones estatales más profusas y complejas de cuantas hay. Estos dos mundos aparentemente son irreconciliables en regulaciones como la de prevención del lavado de dinero negro u otras, y suponen una importante limitación para la adopción mainstream de la crypto-moneda: un riesgo por la futura regulación que pueda venir (o incluso prohibición, que no es descartable al 100%), y un impedimento para que los clientes de la banca tradicional interactúen a través de su banco con el mundo Bitcoin en las condiciones a las que están actualmente acostumbrados y les dan confianza.

Pero respecto a este último riesgo, he de decirles que en principio podríamos pensar que va a ser solventado en breve, puesto que, como pueden leer en esta noticia de Bloomberg, hay ya una prometedora iniciativa para llenar ese gap que separa a los mundos Bitcoin y bancario tradicional. Según Bloomberg, Enter Mack, el ex-CEO de Morgan Stanley, se ha involucrado en la startup Omega One, cuya razón de ser la empresa declara que es tratar de actuar como un broker para los gestores de activos e inversores institucionales que quieran negociar crypto-activos como Bitcoin y Ether, pero no quieren pegarse al hacerlo con las profusas regulaciones de "Conoce a tu cliente" o "anti-lavado de dinero". La iniciativa puede tener todo el sentido para la banca tradicional, al menos mientras el mundo Bitcoin les sea tan complejo (y a veces también ajeno), y prefieran centralizar y delegar su gestión en una empresa como Omega One.

Cerraremos el post de hoy con una reflexión muy simple pero necesaria, a la vista de cómo se informa y cómo se aborda el tema Bitcoin en la mayoría de los medios "commodity". Recuerden que, a pesar de ser una crypto-moneda que está a la vanguardia tecnológica y financiera de la más pura Fintech, Bitcoin también tiene dos caras, y esa cara B sobre la que les hemos hablado hoy puede ser precisamente la que podría dar al traste con sus ahorros. Si estos riesgos se materializarán o no, ya es cosa del devenir del futuro, pero sin duda ahí está la otra parte que les faltaba en su ecuación de riesgo-rentabilidad. Un servidor ya les ha dado los datos y algunos razonamientos: a partir de este punto mucho me temo que están solos ante el peligro, y que deben tomar sus propias decisiones. Me despido deseándoles suerte y prudencia a lo canción triste de Hill Street, cuando antes de salir a patrullar el superior les decía a sus agentes de policía: "Ah, y tengan cuidado (en los mercados) ahí fuera".

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