Las sorprendentes revelaciones sobre la economía que está trayendo la “Econofísica”

Las disciplinas híbridas no sólo son un campo laboral lleno de oportunidades para los más visionarios, sino que además son un apasionante caldo de cultivo en plena ebullición de donde surgen nuevas y disruptoras teorías y datos que están llamados a revolucionar la forma en que concebimos nuestro mundo.

Uno de estos campos de innovación e investigación punta es la denominada “Econofísica”. Y las conclusiones que nos está trayendo pueden cambiar radicalmente la forma en que nos aproximamos a la economía hoy en día.

La “Econofísica” como disciplina híbrida

El concepto de econofísica nació con la vocación que su propio nombre indica: la de aplicar teorías y métodos originariamente desarrollados por físicos a resolver problemas de la economía. La idea no sólo es original, sino que puede aportar (y mucho) a un campo, como es la economía y su estudio, en el que a día de hoy el calificativo de científico es algo francamente matizable.

Resulta apasionante pensar que, efectivamente, ampliar los horizontes de la economía de la mano de la investigación y el rigor más científico, es un campo mayormente inexplorado, y que puede contribuir a mejorar nuestro sistema socioeconómico y nuestras vidas. Realmente es una de esas cosas en las que uno sólo piensa: “¿Cómo no se nos ha ocurrido antes?”.

La econofísica es una disciplina bastante reciente pero no recién estrenada. Su nacimiento oficial se remonta a mediados de la década de los 90, y, como no podía ser de otra forma tratándose de la economía, sus inicios vinieron estuvieron fuertemente influenciados y relacionados con la estadística, y más concretamente de la mecánica estadística. Esta mecánica estadística pretende ser una teoría unificada que salve el clásico gap existente entre la mecánica clásica y la mecánica cuántica, dos mundos que conviven ante nuestros ojos, pero que siempre han necesitado modelos teóricos diferenciados.

No obstante, hay que decir que, aunque el término econofísica como tal ha sido acuñado hace tan sólo unos pocos lustros, lo cierto es que hay estudios y teorías basados en sus mismas premisas desde hace bastantes décadas. De hecho, en los años 60, el padre de la geometría fractal, Benoit Mandelbrot, ya detectó la existencia en la economía de patrones de distribuciones de colas pesadas (o “fat-tailed distributions” en inglés), y que hoy son utilizadas en la evaluación probabilística de riesgos y rentabilidades potenciales de una inversión. También ha escrito sobre ello el premio Nobel Eugene Fama en su primer artículo de investigación.

Los orígenes de la econofísica están en el porqué de que los científicos no entiendan la economía

El origen de esta corriente económica está en un sentimiento bastante común, especialmente en los perfiles técnicos y científicos cuando se acercan al mundo de la economía. Fue a raíz de ello por lo que un grupo de físicos dio inicio a la econofísica. Estaban descontentos con las explicaciones y aproximaciones tradicionales de los economistas, que se quejan de que a menudo priorizan los enfoques más simplificados para facilitar los modelos teóricos que sean resolubles. Los nuevos econofísicos aplicaron por el contrario métodos propios de la física para intentar encajar los modelos con los conjuntos de datos económicos disponibles, y así poder explicar fenómenos de la economía a nivel más general.

Pero no sólo la econofísica tiene su origen en la mecánica estadística como decíamos antes. Hay muchos más modelos técnicos y científicos que se están aplicando. Otro ejemplo es por ejemplo la teoría de la matriz aleatoria de la física matemática. Esta teoría, tomando como base la teoría de la probabilidad, permite identificar el “ruido” en las matrices que correlan datos financieros. Es decir, con ello se puede eliminar ese “ruido”, para permitir discriminar más fácilmente las tendencias de base, que son las verdaderamente significativas de cara a las predicciones de medio y largo plazo.

Otras contribuciones interesantes a la econofísica vienen propiamente de los campos de la mecánica clásica o de la mecánica cuántica, que alumbran nuevos y disruptivos conceptos como la econofísica clásica o la economía cuántica. Y no podemos dejar de resaltar que, como era de esperar, los eventos económico-financieros sorpresivos y violentos se llevan mal incluso con estos nuevos modelos físico-matemáticos, haciendo que cisnes negros como el lunes negro del crash de 1987, el pinchazo de la burbuja “.com” o la crisis subprime sean a la par impredecibles y no modelizables (por ahora).

En todo caso, recuerden que el futuro (también el de los mercados) siempre tiene una importante componente de impredecible. Nadie puede adivinar el futuro de forma infalible, tampoco la econofísica. Asumiendo este punto como verdad inmutable, pueden ustedes ya valorar correctamente las aportaciones tangibles que ha traído la econofísica a nuestro mundo que pasamos a exponerles.

Los resultados derivados de la econofísica son prometedores

Modelos teóricos aparte, y bajando a la arena de los resultados tangibles, hemos de decir que algunos de los resultados que arroja la econofísica con más que prometedores. Por ejemplo está el Índice de Complejidad Económica alumbrado por el físico del MIT César A. Hidalgo y el economista de Harvard Ricardo Hausman (ya les decía que la econofísica es una disciplina híbrida). Se trata de un índice holístico, que trata de ver los sistemas como un conjunto, en vez de cómo una agregación de distintas partes de orden inferior.

Estos dos académicos crearon este nuevo índice ECI (Economic Complexity Index), que ostenta el indudable honor de ser capaz de predecir el crecimiento económico con unas estimaciones muchísimo más ajustadas a la posterior realidad económica, dejando muy atrás a las tradicionales predicciones del mismísimo Banco Mundial.

Otro campo apasionante en el que la econofísica está dando sus frutos más dulces es en la de los modelos que explican la distribución de la desigualdad. Como publicó The New York Times, el físico de la Universidad de Maryland, Víctor Yakovenko, mantiene que la desigualdad económica sigue unos patrones de distribución inalterables y connaturales a ciertos parámetros predefinidos. En el mismo sentido, en Calcuta se celebró una conferencia internacional sobre la distribución de la riqueza… que fue organizada ni más ni menos que por el Instituto Saha de Física Nuclear.

Según explica el NYT, los ingresos y la riqueza pueden estar comportándose sospechosamente de la misma manera en que lo hacen los átomos, siguiendo diferentes distribuciones probabilísticas que no sólo pueden explicar su distribución actual, sino ayudar a entender sus mecanismos en los procesos de formación y distribución propiamente dichos.

Así la dispersión de los ingresos por debajo del percentil 97 sigue una distribución típicamente exponencial, replicando la distribución de la energía de los átomos en los gases que están en equilibrio térmico. Por otro lado, la dispersión de los ingresos del 3% más rico sigue la ley denominada “ley potencial”, que establece una cola de distribución de datos muy alargada, y que explicaría cómo entre los ricos hay a su vez enormes gaps que separan a los simplemente millonarios de los milmillonarios, como por ejemplo son Carlos Slim o Amancio Ortega.

También hay campos financieros con conclusiones econofísicas muy interesantes

Según pueden leer en Medium, el caso es que no se puede obviar que hay muchas reacciones y tendencias de los mercados que pueden ser explicadas aplicando la econofísica. Las conclusiones a las que además nos llevan son trasgresoras y muy interesantes.

Un buen ejemplo de ello es cómo se ha detectado que uno de los factores clave en la formación de las dinámicas de mercado es la diversidad de estrategias de inversión de los agentes del mercado. Los mercados tienden a funcionar sin mayores problemas cuando hay muchas estrategias distintas siendo adoptadas, pero sin embargo tienden a mostrar comportamientos dañinos cuando la mayoría de los agentes utilizan estrategias similares para entrar en unos pocos valores coincidentes.

Esta conclusión tiene mucho sentido, y coincide además con uno de los axiomas que siempre les hemos enunciado desde estas líneas: el análisis técnico, los indicadores, las tendencias… Todo eso está muy bien y, aunque un servidor no es seguidor de este tipo de análisis, debo reconocer que puede dar sus frutos en determinadas ocasiones. Pero lo que siempre he discutido es que no pueden hacerlo en un mismo momento para la mayoría de los agentes del mercado.

Debemos asumir que los mercados no pueden hacernos ricos a todos a la vez: cuando lo hacen es algo totalmente ilusorio y transitorio, y es porque se ha formado una burbuja que a la postre acabará dejando muchos más damnificados que nuevos millonarios. Y esta ecuación de convertirnos a todos en oro tampoco va a poder resolverla la econofísica, pero tal vez sí que ayude a mejorar tanto las condiciones de vida de la mayoría como el estándar de vida futuro respecto al actual.

Econofísica sí, pero no como panacea para todos los males económicos

Como colofón final de este análisis, me gustaría remarcarles algunas de las conclusiones a las que hemos ido llegando. En primer lugar, deben ustedes saber que no todo es modelizable, al menos no al 100%: los sistemas de complejidad extrema como la economía suponen un reto para que el que tal vez (todavía no haya solución). En segundo lugar, recuerden que el futuro siempre puede ser impredecible, también para la econofísica.

En tercer lugar, la econofísica no puede hacernos a todos ricos a la vez, pero sí que puede hacer que las condiciones de vida de los ciudadanos del futuro les harían parecer ricos a todos en el presente. Y por último tengan en cuenta que la economía, y en especial los mercados, son un modelo recursivo que se retroalimenta, en el que el propio hecho de que haya un modelo que funciona, revierte sobre el sistema y hace que éste se vea afectado. Por lo tanto el modelo debe readaptarse continuamente a la nueva realidad tras la modelización, haciendo de la capacidad de predicción de la econofísica un particular juego del gato y el ratón.

Para finalizar ya por hoy, les comentaré que habrán observado que a menudo me refiero a la economía como la ciencia económica, no sin levantar cierta polémica entre algunos lectores, que no dudan en argumentar que la economía es de todo menos ciencia. En cierta manera, razón no les falta, pero no podrán negar que con la econofísica la economía es ahora más ciencia que nunca antes en su historia. Bienvenido sea este nuevo enfoque y todo lo que pueda aportar al sistema económico: para la ciencia siempre hay que hacer un hueco, también en el tren de la economía.

Este nuevo vagón está lleno de pasajeros con perfiles extraordinarios, que son la flor y nata de la investigación científica más puntera. Más que un lastre, pueden ayudarnos a tirar de este tren a toda máquina. No se cierren a las nuevas ideas si están bien fundamentadas, aunque pongan en tela de juicio gran parte de lo que ustedes pensaban hasta ahora. El futuro no sólo se nutre del pasado. Sólo con innovación y nuevos enfoques podremos diseñar nuevas políticas económicas con una efectividad nunca antes vista. Bienvenidos a la era de la ciencia económica.

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