Parecía una broma de inocentes. Pero resultó ser cierta: un apretado y unido grupo de abogados y ex funcionarios de gobierno están sacando gran provecho de los planes de rescate de la economía estadounidense. Los abogados, que fueron protagonistas y actores centrales de las operaciones de ahorro y préstamo, y de los rescates a fines de los años 90, han visto su posibilidad de oro asesorando a quienes buscan consejo sobre cómo contener las llamas de este incendio desatado en Wall Street.
Estos bomberos, que, como dice un post de IC, son verdaderos bomberos pirómanos saben que hay sobre la mesa 700.000 millones de dólares y que una suculenta recompensa espera a aquellos que se atrevan a sacar una jugosa tajada. Como en esas películas del maestro Sam Peckinpah, algunos de estos ex funcionarios trabajaron juntos en la Resolution Trust Corporation (RTC), como John Douglas y William Seidman, quienes además compartieron ideas de la operación con el hasta hoy secretario del Tesoro, Henry Paulson.
“En este mercado enorme quiero estar”, dijo Seidman, mientras Douglas afirmó: “Este es el mejor momento para ser yo mismo”, quizá apelando a una interpretación lacaniana. Y lo cierto es que no es para menos si las posibilidades de hacer dinero son enormes.
La información salió el domingo en The New York Times y está firmada por Eric Lipton y David Kirpatrick. El hecho flagrante, una vez más, es que se desmienten plenamente las teorías del libre mercado y la igualdad de oportunidades. Si todo fuera en verdad competencia perfecta, si no existieran las asimetrías y se penalizara el abuso a la información privilegiada, no estaríamos en este atolladero.
Robert Clarke, abogado del bufete del ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, y Eugene Ludwig, contralor bajo la presidencia de Bill Clinton, son parte de esta capa privilegiada que espera suculentos beneficios con los planes de rescate. Al igual que Thomas P. Vartanian, ex consejero general de la Ley Federal de Ahorro y Préstamo Insurance Corporation, quien aseguró: “este es un gran momento para ser un abogado bancario”.
Estos hechos demuestran que la transparencia informativa y la verdadera igualdad de oportunidades es algo que debe salir de los eslogan para convertirse en un ideal de verdadera sanidad. También tiene que ver con el furibundo debate de la burbuja formativa, si, a la larga, la opción a los puestos de trabajo está arreglada de antemano. ¡No al nepotismo y el compadrazgo!. Así como enjuiciamos a Bernard Madoff, el otrora dios financiero y a quien Gary Becker considera inocente hasta que se demuestre su culpabilidad, hay que apelar a la transparencia en todo nivel. Estos bomberos de Wall Street, son los mismos pirómanos que ayudaron a crear el incendio.
Más información:
The New York Times | Veteranos de los 90s tras jugosas ganancias
Imagen | Marco Armentt