Durante este año empezamos, el Tesoro Español emitirá 220.017 millones de euros, para financiarse en los mercados, una cifra que queda ligeramente por debajo a la alcanzada en el año anterior que fue de 221.364 millones de euros.
El total de títulos de deuda que se colocarán en los mercados tienen la finalidad de cubrir los vencimientos de deuda que se van produciendo tanto a largo plazo, como a corto plazo.
Las amortizaciones a medio y largo plazo serán de 87.904 millones de euros, mientras que las cotizaciones de Letras del Tesoro, serán de 97.113 millones de euros y estas amortizaciones dependerán de la ejecución de la emisión de letras a lo largo del 2017.
Dado que la emisión bruta total será de 220.017 millones de euros y que el total de amortizaciones serán de 185.017 millones de euros, la emisión neta del tesoro para este ejercicio será de 35.000 millones de euros.
Viento de cola para los bajos intereses
Con la formación del Gobierno tras la repetición electoral, el Estado se asegura que el manto de incertidumbre política queda despejado, siendo un factor positivo en el momento de pedir prestado a los mercados durante este ejercicio.
Lo más relevante es que con la formación de Gobierno quedó descartado que partidos políticos que promulgaron el impago de la deuda accedieran al Gobierno, lo que hubiera supuesto, en última instancia, un aumento en el coste de financiación por el evidente ascenso del riesgo de impago o de incertidumbre.
A pesar de los factores políticos favorables para garantizar bajos tipos de interés, el pilar central de los bajos tipos de interés lo encontramos en la política monetaria que está desarrollando en Banco Central Europeo (BCE), con su política monetaria no convencional.
Cabe recordar que a día de hoy, la tasa de depósito se encuentra en -0,40%, mientras que en los tipos de interés están en el 0% desde marzo del año pasado. Durante este ejercicio no se prevé que existan modificaciones en los tipos a corto plazo, por lo que los intereses deberían mantenerse estables.
En referencia a los tipos de interés a largo plazo, Mario Draghi, presidente del BCE, anunció que para este año se extendería el programa de flexibilización cuantitativa conocido como QE, aunque con la reducción de su importe mensual a partir de marzo (desde los 80.000 millones euros mensuales hasta los 60.000 millones).
El objetivo de esta política monetaria ha sido hundir las rentabilidades a corto y largo plazo de los bonos, permitiendo que el coste de financiación (especialmente el de largo plazo) sea sustancialmente menor que en condiciones normales. En el siguiente gráfico se evidencia como ha evolucionado la curva de rentabilidades de los bonos españoles desde junio de 2012 línea morada) hasta la actualidad (línea amarilla).
Bajo este contexto positivo, no nos debe extrañar que el Tesoro en el documento "2017 Estrategia de emisión de valores del Tesoro", comente que "El Tesoro ha de seguir aprovechando la coyuntura favorable para hacer más robusta su cartera de pasivos ante la subida gradual de tipos de interés que acompañará a la recuperación del crecimiento y de las expectativas de inflación en la Eurozona."
Traduciendo... Dado que la coyuntura es casi utópica en materia del coste del dinero hay que emitir toda la deuda posible antes de que el BCE reaccione a una presión al alza de la inflación, con Tapering agresivo o la combinación de la finalización del QE con la subida de tipos de interés.
Los riesgos de la manipulación monetaria
Es importante recalcar que a esta situación sólo se la puede escribir como burbuja en el mercado de bonos y es que los rendimientos nominales negativos son un claro aviso navegantes de que el mercado de deuda no está teniendo en cuenta la realidad del entorno europeo.
Por ejemplo, las Letras a un mes llegaron a cotizar a una TIR del 5,2% en el segundo trimestre de 2012, lo que dificultaba encarecidamente el acceso a la financiación, mientras que en la actualidad, los títulos de deuda cotizan a una rentabilidad negativa del -0,275%.
Deberíamos extrañarnos que el Estado mientras en los últimos años han incrementado la deuda pública hasta alcanzar una relación sobre PIB del 100%, ha visto menguar los intereses cada vez que acudía a pedir dinero a los inversores. De manera lógica cualquier agente económico que incrementara sus niveles de apalancamiento, su riesgo se incrementaría, y por ello debería hacer frente a un mayor número de intereses.
Sin embargo, no es la realidad existente, debido a que la autoridad monetaria ha concedido a los estados tiempo para realizar reformas estructurales con el objetivo apuntalar el crecimiento de la economía y el empleo y una reducción paulatina del déficit público.
Con este contexto, muchos estados y entre ellos España, han incumplido reiteradamente en sus compromisos de déficit con Bruselas ya que el contexto no ha ejercido presión alguna sobre un compromiso de estabilidad presupuestaria.
La pregunta que deberíamos hacernos es si este contexto de manipulación podrá durar para siempre, y si la respuesta es negativa deberíamos plantearnos qué sucederá cuando hayamos de refinanciar más de un billón de deuda pública y el mercado no confie en la capacidad de pago de la administración pública.
Factores políticos en Europa que pueden desestabilizar el mercado de deuda
A pesar del contexto existente tanto en política nacional como en la política del BCE, durante este año podemos asistir a diferentes eventos de corte político que lleven a un aumento de la volatilidad en el mercado de deuda.
Para el 15 de marzo, Holanda abrirá las puertas del calendario electoral en Europa. Lo más destacado es el partido de la libertad, por la tercera fuerza política más votada en las anteriores elecciones y su líder, Geert Wilders, tienen como ofensivo celebrar un referéndum para abandonar la Unión Europea.
En el mes de abril, entran en juego las elecciones de Francia con una expectativa creciente en sobre el ascenso del Frente Nacional de Marine Le Pen. Sin duda éste podría ser el factor más importante a nivel político, pues Francia supone la segunda economía de la Eurozona y este partido ha apostado por el retorno a las monedas nacionales bajo el sistema ECU.
A pesar de que el Supremo británico ha obligado a que el parlamento vote por el Brexit, en las negociaciones para la salida de la Unión Europea se iniciarán en el mes de abril para seguidamente acogerse al Artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Un escenario en el que el Frente nacional de Le Pen llegara al Palacio del Eliseo y hubieran serías dificultades en el proceso del Brexit, complicaría el calendario de que emisiones de deuda que tiene el Tesoro español durante el primer semestre.