En los últimos días circula por las redes un tweet del diputado madrileño de Podemos Pablo Bustinduy, en el que se queja de que el gasto militar en España sea de cuatro veces más que el gasto en sanidad, nueve veces más que el gasto educativo y 15 veces más que el gasto en dependencia.
El dato procede del último informe del Centre Delàs d'Estudis per la Pau, vinculado a la ONG Justicia y Paz. Sin embargo, la conclusión de Bustinduy es incorrecta. Es cierto que el presupuesto del gobierno central destina más dinero a defensa que a educación, sanidad o dependencia; pero se debe a que estas tres materias están transferidas a las comunidades autónomas, mientras que la defensa es competencia exclusiva del estado. ¿Cuál es realmente el gasto social en España? ¿es exagerado nuestro gasto en defensa?
Educación: un gasto insuficiente, pero muy superior al destinado a defensa
El gasto educativo total en España se sitúa en 44.000 millones de euros anuales, muy por encima de los 18.000 que se destina a materias defensivas según el informe del Centre Delàs (cifra hinchada, como veremos a continuación). Esto supone el 4,1% del PIB, lo que nos coloca en un poco honroso 23º puesto entre los 28 estados de la Unión Europea (la clasificación la encabeza Dinamarca con un 7%). En gasto per cápita en educación ascendemos a la 17ª plaza, con 948 euros, muy por detrás de los 4.685 de Luxemburgo.
¿De dónde saca Bustinduy, entonces, que gastamos nueve veces más en defensa que en educación? La respuesta es que el presupuesto estatal dedica solo 2.500 millones a la partida de educación. La gran mayoría (más del 60%) corresponde a becas. Pero, al margen de becas y otros servicios administrativos generales, el estado sólo es responsable directo del sistema educativo en Ceuta y Melilla, de ahí la limitada cantidad. La práctica totalidad del gasto educativo está reflejada en los presupuestos autonómicos.
Las 17 comunidades autónomas españolas tienen transferidas las competencias educativas, con lo cual también hay divergencias regionales a tener en cuenta: el gasto por alumno en el País Vasco es prácticamente el doble que en Andalucía. Con algunas excepciones (notablemente, Madrid) existe una clara relación entre el gasto por alumno y los resultados del informe PISA en las regiones españolas.
Sanidad: la tercera partida con mayor gasto público en España
El gasto público en sanidad es aún mayor que el dedicado a la educación: más de 70.000 millones. Se trata del tercer concepto al que destinamos más dinero público tras la protección social (pensiones, paro y otros subsidios) y los gastos ordinarios de la administración (es decir, el mantenimiento de empleados, instalaciones y recursos públicos).
El gasto sanitario en España representa el 6,3% del PIB, lo que nos coloca en el 11º puesto de los 28 países de la Unión Europea (bastante mejor clasificados, por tanto, que en gasto educativo). El gasto sanitario por habitante se sitúa en 1.521 euros, 13ª posición entre nuestros socios europeos y muy lejos de los 5.312 que destina Luxemburgo.
De nuevo aquí el grueso del gasto lo soportan las comunidades autónomas, al ser una competencia transferida. En los presupuestos del estado la partida de sanidad es de 4.100 milones de euros (es este dato el que usa Bustinduy para afirmar que gastamos cuatro veces más en defensa que en sanidad). Irónicamente, la transferencia a las comunidades se produjo siendo ministra de sanidad Ángeles Amador, madre de Bustinduy.
Las ayudas a la dependencia se enmarcan en el apartado de servicios sociales, y en los últimos presupuestos aumentaron un 8% hasta alcanzar los 1.355 milones de euros. De nuevo aquí hay que tener en cuenta que el presupuesto estatal supone menos de la quinta parte del gasto total en políticas de dependencia, a cargo principalmente de las autonomías.
Defensa: muy por debajo del 2% que requiere nuestra participación en la OTAN
Una vez desmontado el falso mito de que en España se gaste más en defensa que en sanidad o educación, ¿es cierto que el gasto militar en España sea exagerado? según los datos del Banco Mundial, el gasto militar en 2016 en España fue 1,2% del PIB, unos 13.500 millones de euros. En comparación con nuestros socios europeos, España ocupa el 15º puesto tanto en PIB dedicado a defensa como en gasto per cápita (291 euros, cifra muy inferior a la dedicada a sanidad o educación)
El informe del Centre Delàs estima 18.000 millones de gasto militar para 2017. La divergencia con la estadística oficial tiene dos motivos fundamentales: por un lado, la estimación incluye partidas que habitualmente no se consideran como 'gasto militar' (por ejemplo el CNI, o el pago de intereses de deuda asociados a gasto militar previo). Por otro, se incluye el gasto en Programas Especiales de Armamento, una partida que antes no aparecía en los presupuestos. Pero el aumento real en gasto militar respecto al año pasado es del 0,6%.
Al contrario que sucede con las partidas de gasto social, la totalidad del gasto público militar está reflejado en los presupuestos generales del estado, ya que las autonomías no tienen ninguna competencia en esta materia.
Si nos circunscribimos al gasto en defensa exterior, la inversión es aún menor: tan solo el 0,9% del PIB. La pertenencia a la OTAN exige que el gasto en defensa exterior sea de al menos el 2% del PIB, requisito que solo cumplen Estados Unidos, Reino Unido, Polonia, Grecia y Estonia. España ocupa el tercer lugar por la cola dentro de la alianza, lo que ha motivado el compromiso con Estados Unidos de duplicar el gasto en defensa durante los próximos siete años, ante la presión de la administración de Donald Trump.
En conclusión, el tweet de Pablo Bustinduy es radicalmente falso. España gasta mucho más en sanidad y educación que en defensa. De hecho, nuestro gasto en defensa está muy por debajo de lo que nuestros compromisos internacionales exigen.
En El Blog Salmón | Así es la composición del gasto público en Europa