¿Qué es la cripto XRP, qué implica para el mercado monetario y por qué estamos ante un punto de inflexión?

No todas las criptomonedas son iguales. Mientras muchas han florecido como activos especulativos sin uso real, otras han sido diseñadas para resolver problemas concretos del sistema financiero global. XRP pertenece a esta segunda categoría. En un contexto de transformación digital, fragmentación geopolítica y auge de las monedas digitales estatales, XRP emerge como una pieza clave en el tablero monetario del futuro.

Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de XRP? ¿Cómo puede afectar a la forma en que movemos el dinero entre países? ¿Y por qué algunos analistas consideran que estamos ante un momento histórico en el mundo cripto?

XRP, está pensada para pagos globales

XRP es el token nativo del XRP Ledger, una red blockchain creada en 2012 con un objetivo concreto: facilitar pagos internacionales rápidos, seguros y de bajo coste.

A diferencia de Bitcoin, XRP no depende de la minería de datos ni de la prueba de trabajo. Utiliza un sistema de validadores independientes que permite confirmar transacciones en apenas 3 o 4 segundos, con un coste prácticamente nulo.

De este modo, fue diseñada desde sus inicios como un activo puente entre divisas, por lo que XRP permite que una entidad envíe dinero en una moneda y el receptor lo reciba automáticamente en otra, sin necesidad de pasar por bancos intermediarios o requerir costes de conversión.

Detrás de su desarrollo se encuentra Ripple Labs, una empresa que ofrece soluciones de pago como RippleNet a entidades financieras. Sin embargo, es importante distinguir entre ambos: XRP es el activo digital; Ripple es la empresa que lo impulsa. La criptomoneda está descentralizada, aunque, como cabría esperar, buena parte de su adopción práctica ha estado ligada a los servicios que ofrece Ripple.

Tras más de 15 años, el universo cripto ya es amplio y heterogéneo. Muchas monedas digitales funcionan como activos puramente especulativos, cuyo valor se basa más en expectativas o fenómenos de mercado que en utilidad real. A menudo, memecoins, tokens de proyectos fallidos o burbujas puntuales han alimentado una narrativa de desconfianza en el sector.

Sin embargo, no todos comparten esta visión optimista. Algunos analistas consideran que, a pesar de su diseño funcional, XRP sigue sin despegar como infraestructura masiva, y que su cotización aún responde más a ciclos especulativos que a su uso real. Además, la dependencia con Ripple plantea preguntas sobre su grado de descentralización.

En este sentido, XRP representa un tipo diferente de criptoactivo. Su función como infraestructura de pagos transfronterizos la coloca en la categoría de proyectos con valor práctico de uso. Todo ello, se ve reforzado por su diseño técnico, velocidad de transferencias, coste (bajo) y la adopción por parte de bancos y empresas, que la convierten en una herramienta operativa y no solo en un activo financiero.

Esto es clave para entender su relevancia. En lugar de competir como "dinero digital", XRP aspira a convertirse en el motor silencioso que conecte monedas, bancos y sistemas de pago de todo el mundo

El (gran) impacto de XRP

Si XRP consigue ser adoptado como sistema, es posible que esto reconfigure algunas bases financieras a nivel internacional, y lo hará de forma silenciosa y aportando valor, además.

Sus implicaciones principales son pagos más rápidos (y baratos), ya que pueden tener un coste inferior a un céntimo y tardar escasos segundos, frente a las transferencias que pueden suponer días y, por lo tanto, traducirse en comisiones mucho más elevadas (por regla general, entre un 3 y un 7 %).

De igual modo, algunos gobiernos o bloques económicos pueden ver en XRP una forma de comerciar sin depender del dólar o del sistema SWIFT, lo que añade una dimensión geopolítica al debate. Una opción que puede ir acogiendo relevancia si el mundo pierde seguridad en el dólar como activo refugio tras los últimos vaivenes de la Administración Trump.

Por último, podría traducirse en el fin del sistema nostro/vostro, donde los bancos deben mantener cuentas en divisas extranjeras (cuentas nostro) en otras entidades para los pagos internacionales. Si XRP permite sustituir el modelo (y lo permite, actuando como moneda intermediaria), se eliminará la necesidad de mantener reservas previas.

Un punto de inflexión

Sin embargo, ¿por qué es un momento distinto? O, dicho de otro modo, ¿por qué la mayoría de los medios hablan de un punto de inflexión? Varios factores convergen para situar a XRP y a las criptomonedas funcionales en un momento decisivo.

En primer lugar, la victoria clave en EEUU, donde el tribunal federal estadounidense dictaminó que las ventas de XRP al público no constituyen una oferta de valores, lo que supuso un respaldo legal parcial frente a la demanda de la SEC. Algo que ha reactivado la confianza en el proyecto y ha permitido la entrada de nuevas instituciones para invertir.

A todo ello, se suma el auge de las monedas digitales estatales, conocidas como CBDC, por parte de los bancos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco Popular de China, que sugiere una transición hacia un sistema más digital.

En este nuevo entorno, XRP puede actuar como puente entre diferentes monedas digitales nacionales, simplificando el comercio y los intercambios internacionales. Además, Ripple (la empresa) ya colabora con instituciones financieras de Asia, América Latina y África, por lo que la capacidad de procesar pagos de forma más eficiente ha llevado a muchos a integrar sus soluciones en sistemas de pagos reales, más allá del "universo cripto".

Por último, se suma un contexto internacional repleto de cambios, como las sanciones financieras estadounidenses, la guerra ruso-ucraniana o las nuevas potencias internacionales, que favorecen la pérdida de dependencia de un activo refugio como el dólar.

¿Una cripto para conectar(nos) a todos?

En cualquier caso, debe quedar claro que XRP no pretende reemplazar al euro ni al dólar, pero sí mejorar la forma en que se mueven entre sí. En un sistema global interconectado, tener una infraestructura rápida, segura y eficiente para transferencias de valor es más importante que nunca.

Más allá de la especulación, XRP puede representar el esqueleto silencioso del nuevo orden monetario digital. Si bancos, empresas y gobiernos comienzan a adoptarlo de forma masiva, podemos estar, simplemente, ante la redefinición de cómo funciona el dinero entre fronteras.

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