Lleva 12 años intentando encontrar el bitcoin que tiró y acabó en un basurero. La justicia no le deja, pero aún tiene un loco último as en la manga

Lleva 12 años intentando encontrar el bitcoin que tiró y acabó en un basurero. La justicia no le deja, pero aún tiene un loco último as en la manga
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Como es lógico en el mundo de las criptomonedas, las historias de pérdidas y ganancias son tan volátiles como el propio mercado. Pero pocas historias han impactado tanto como la de James Howells, un ingeniero informático galés que lleva más de una década luchando por recuperar un tesoro digital que, literalmente, tiró a la basura.

El error que lo cambió todo

Todo comenzó en 2009, cuando Howells, un amante de la tecnología, decidió minar bitcoins en sus tiempos libres. En aquel entonces, la criptomoneda era poco más que un experimento, y su valor era prácticamente nulo.

Howells acumuló alrededor de 8.000 bitcoins en un disco duro, que guardó en un cajón de su casa. Sin embargo, en 2013, durante una limpieza rutinaria, cometió un error que lo perseguiría para siempre: tiró el disco duro a la basura.

En ese momento, el valor de los bitcoins que había minado era de unos pocos miles de dólares. Pero con el paso de los años, el precio de la criptomoneda se disparó, y ese disco duro llegó a valer cientos de millones de dólares.

Para ser exactos, en su punto máximo en 2021, esos 8.000 bitcoins habrían valido más de 500 millones de dólares. Hoy, con el precio del bitcoin rondando los 50.000 dólares, el tesoro de Howells sigue valiendo más de 400 millones de dólares.

La búsqueda interminable de Howells

Desde que se dio cuenta de su error, Howells ha dedicado su vida a intentar recuperar ese disco duro. El problema es que el vertedero de Newport, en Gales, donde terminó su basura, es un lugar enorme, con toneladas de desechos acumulados durante años. Encontrar un pequeño disco duro entre toda esa basura es como buscar una aguja en un pajar.

Pero Howells no se ha rendido. Ha presentado múltiples solicitudes al ayuntamiento de Newport para poder buscar en el vertedero, ofreciendo incluso compartir una parte del botín con la ciudad.

Sin embargo, las autoridades locales se han negado sistemáticamente, argumentando preocupaciones ambientales y legales.Excavar en un vertedero no solo es costoso, sino que también podría liberar toxinas y contaminantes, lo que representa un riesgo para el medio ambiente y la salud pública.

Su último as en la manga….

A pesar de los obstáculos, Howells no ha tirado la toalla. Recientemente, ha anunciado una nueva y radical medida: utilizar inteligencia artificial y robots para localizar el disco duro.

Según explica, ha reunido a un equipo de expertos en tecnología y ha desarrollado un plan que combina drones, sistemas de escaneo y máquinas de clasificación de residuos para buscar el dispositivo de manera eficiente y minimizar el impacto ambiental.

El plan de Howells es ambicioso. Los drones equipados con cámaras de alta resolución y sensores escanearían el vertedero para identificar áreas donde es más probable que se encuentre el disco duro.

Luego, robots especializados excavarían en esas zonas, utilizando algoritmos de inteligencia artificial para distinguir entre los diferentes tipos de residuos. Si todo sale bien, el disco duro podría ser recuperado sin necesidad de remover grandes cantidades de basura.

Pero esto no es todo. El propio Howells ha ido más allá incluso y tras la sucesivas negativas ha lanzado una última oferta: ¡comprar el vertedero! con tal de conseguir su disco duro. ¿Y quién saber? si tras recuperarlo -o no-, hacer en dicho lugar otro vertedero, un parque o sacarle otro tipo de rédito económico.

¿Una solución viable?

Pero la realidad es una. El vertedero de Newport ha estado en funcionamiento durante décadas, y los desechos están altamente compactados. Además, el disco duro en cuestión tiene más de una década, y es posible que se haya dañado o corroído con el tiempo. Incluso si se encuentra, no hay garantía de que los datos aún sean recuperables.

Aún así, Howells está dispuesto a correr el riesgo. Ha invertido una cantidad significativa de dinero en este proyecto, y está convencido de que la tecnología moderna puede ayudarle a encontrar su tesoro perdido.

Además, ha asegurado que, si tiene éxito, donará una parte del dinero a causas benéficas y a la comunidad local, como un gesto de buena voluntad.

La historia de James Howells es un recordatorio para todos: el de la importancia de respaldar y proteger nuestros activos digitales. En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, un simple error puede tener consecuencias terroríficas cuanto menos.

También plantea preguntas interesantes sobre el futuro de las criptomonedas y cómo manejaremos los activos digitales a medida que evolucionen.

Mientras tanto, Howells sigue adelante con su búsqueda, ¿será este su último intento y el definitivo?

Imagen: Pixabay, Pixabay

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