Desde la declaración del conflicto bélico, la economía rusa no ha hecho más que tambalearse, especialmente a raíz de la batería de sanciones aplicadas por Occidente que han acabado por debilitar el músculo económico del Kremlin. El valor del rublo se encuentra en su nivel más bajo desde el año 2000, con la excepción del récord de los días posteriores a la invasión de Ucrania.
Según datos aportados por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 2022 supuso una caída del 2,1% del PIB de Rusia. Ahora se prevé que se cierre 2023 con una reducción de hasta el 2,5%, según estimaciones de la OCDE.
Vladímir Putin asegura que la economía rusa es estable y fiable pese a las sanciones, la inflación y las fluctuaciones del tipo de cambio de la moneda nacional. Así pues, aunque los indicadores sean buenos, los expertos aseguran que existen problemas económicos fundamentales.
Pero lo cierto y verdad es que la economía rusa se encuentra al límite absoluto de sus capacidades, demostrándose como el desempleo se sitúa en unos niveles históricamente bajos. De hecho, en junio de 2023, unos 2,4 millones de personas mayores de 15 años eran desempleadas. La tasa de desempleo en dicho mes fue del 3,1%, una cifra récord en la historia de la Rusia moderna.
Lo cierto es que las previsiones de inflación no son nada halagüeñas y se espera que la situación empeore mucho más en 2024. Ruslan Grinberg, del Instituto de Economía de la Academia Rusa de Ciencias asegura que los ingresos de exportación de petróleo, principal fuente de Rusia, están descendiendo considerablemente (entre el 40-45%). La tendencia es que continúe bajando.
Sin ir más lejos, España ha reducido sus importaciones de gas natural, registrándose en septiembre unas cifras mínimas históricas de 3.259 gigavatios hora. El gas natural licuado llegado de Rusia apenas representó el 10,6% del total del suministro al país, convirtiéndose en el cuarto proveedor en una lista que lidera Argelia.
Rusia se enfrenta a su cuarta crisis económica en 15 años, que se agravará tras el final del conflicto bélico al cesarse los contratos gubernamentales que mantienen ocupadas a las empresas de defensa.
Tanto Rusia como Arabia Saudí han confirmado que mantendrán, durante los próximos meses y hasta finales de 2023, los recortes adicionales en la oferta de petróleo. De este modo, el propio Alexander Novak (viceprimer ministro ruso) ha asegurado que hasta finales de año se mantendrán los recortes de 300.000 barriles diarios de crudo en los mercados mundiales. Se trata de una medida adicional a la reducción voluntaria de 500.000 barriles diarios anunciada el pasado mes de abril y que se extenderá hasta finales de 2024.
Previsiones para la economía rusa
Pese a todo, el Kremlin se muestra optimista en sus previsiones de crecimiento económico y augura un aumento del 2,8% a finales de año, así como un incremento del PIB del 2,3% para 2024. El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo estima que la economía rusa crecerá un 1,5% este año, pese a las sanciones occidentales, gracias a los precios de la energía.
El pasado mes de mayo, el organismo anticipaba una reducción del 1,5% en su PIB, pero las cifras ahora han cambiado debido a las nuevas oportunidades de exportación que Rusia ha encontrado en China, India y Estados de Asia Central. Pese a todo, el BERD no descarta que la economía rusa se enfríe durante 2024.
La producción nacional rusa aumentó en un 4,9% durante el segundo trimestre de 2023, si se compara con cifras del mismo período de 2022. No obstante, la gran mayoría del aumento está vinculada a equipos y servicios militares, así como productos armamentísticos. La producción de ordenadores y productos electrónicos aumentó un 30% y la de ropa especial en un 76%.
Este incremento notorio en la producción de armas o en el ejército llevó a que los salarios aumentasen y que en mayo de 2023 registrasen un incremento del 13,3% en su tasa interanual. Sin duda, una estrategia que impulsa el apoyo incondicional al régimen. En contraposición, se espera que los ingresos de las exportaciones de energía disminuyan hasta los 200.000 millones de dólares, reduciéndose el superávit a 250.200 millones de dólares.
La situación económica demuestra que Putin podría mantener la guerra contra Ucrania durante varios años más. Pese a todo, la debilidad de inversión, la productividad y la rentabilidad del capital ruso demuestran que el país seguirá siendo débil económicamente durante el resto de la década.
La economía ucraniana resiste
Pese a los continuos bombardeos por parte de Rusia, el país sigue demostrando una gran resistencia gracias a las ayudas económicas procedentes de instituciones oficiales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó a finales de mayo de 2023 un préstamo inicial de 900 millones de dólares y un aumento de las previsiones de crecimiento económico del país.
El plan ha recibido el respaldo del G7, la UE y otros donantes. El programa se extenderá durante 48 meses con el objetivo de mantener la estabilidad económica y financiera del país en tiempos de excepcional incertidumbre. El plan está respaldado De ahí que la proyección de crecimiento del PIB sea de más del 3%.