La guerra de Ucrania no solo deja muertos e infraestructuras dañadas. También está cambiando algo muy profundo en Rusia, y es su relación con occidente. La salida de las empresas occidentales de dicho país está siendo bastante accidentada y el último episodio lo corrobora.
Muchas empresas se han salido del país de forma brusca, cerrando oficinas y despidiendo a personal. Otras, como Danone y Carlsberg estaban buscando una salida más ordenada vendiendo sus activos en dicho país (a precio de derribo, obviamente). Pero Putin ni siquiera les deja dicha salida.
Ante una venta: expropiación
Putin ha decidido, en un decreto firmado el pasado domingo, que Rusia pase a controla "temporalmente" las acciones de Danone y Baltika (propietaria de la marca Carslberg). Esto implica la expropación forzosa y no compensada de ambas empresas en el país.
En el pasado mes de abril Rusia creo los mecanismos legales para la nacionalización de empresas extranjeras contrarios a los intereses del país, y lo hizo además expropiando Uniper y Fortum. El pasado domingo añadió dos empresas más a la lista.
Carlsberg estaba vendida y Danone buscando comprador
Lo curioso del asunto es que Carlsberg ya tenía comprador, según anunció en el mes de junio. Y Danone buscaba lo mismo. Es decir, una salida ordenada de Rusia, sin dejar colgados a sus trabajadores y sus operaciones en el país. Sin embargo para Putin esto es una traición: o te quedas o te lo confisco todo, no hay otra opción.
Sinceramente el derrotero que está tomando Rusia es preocupante. Su corte con occidente va a ser grave y acabará dependiendo de China fuertemente, pues la senda autarquica está condenada al fracaso. Si los planes de independencia energética de occidente se concretan el corte será aún mayor.
Sinceramente la única opción que tiene Putin para salir del follón en el que se ha metido es darse cuenta de que todo lo que ha pasado en Ucrania es un coste hundido y dejar de seguir cavando en el agujero que se ha metido. Salir del país, poner alguna excusa interna e intentar apaciguar sus relaciones con el resto del mundo sería su mejor opción, sobre todo para el resto de Rusia. No creo que lo veamos, pues quizá estas "excusas internas" serían demasiado difíciles de vender si quiere seguir liderando el país.