Todo lo que se juega España en "llevarse bien" con Biden y Estados Unidos

El fugaz encuentro Biden-Sánchez esconde una realidad muy a tener en cuenta: la economía estadounidense implica una gran notabilidad para el funcionamiento de nuestra economía. Quizá para Estados Unidos España no tenga ninguna posición destacada que deba considerar, pero España necesita llevarse bien con Biden.

Hay que señalar que las relaciones económicas de España y Estados Unidos vienen marcadas por los tratados con los países de NAFTA (Estados Unidos, Canadá, México) que están negociados por la Unión Europea. Bajo este acuerdo, se mueven los intereses de ambos países y, recientemente, ambos bloques han acordado suspender, por un período de cinco años, todos los aranceles impuestos entre los Estados Unidos y la Unión Europea por la guerra aeronáutica.

Consecuentemente, vimos aranceles adicionales que a importantes productos agroalimentarios españoles, como el aceite de oliva envasado, vinos tranquilos envasados, aceitunas verdes, quesos, cítricos, carne de porcino o conservas de moluscos. Damos marcha atrás en el tiempo, mejorando las relaciones comerciales.

Tenemos sobrados intereses con Estados Unidos. Se trata de la primera economía en el mundo (PIB de 21,4 billones de dólares), cuenta con 329 millones de consumidores que disponen de una renta per cápita de 65.280 dólares.

Relaciones bilaterales entre ambos países

Para nuestro país, la primera potencia económica mundial es de suma importancia, ya que supone el sexto país para nuestras exportaciones y el quinto país para nuestras importaciones. Si bien para España Estados Unidos tiene un papel relevante, para Estados Unidos puede que no tanto. La cuota de España en 2020 del mercado estadounidense es del 0,7%, ocupando el puesto 22 como su proveedor, y el puesto 19 como su cliente (0,9% de sus exportaciones totales).

En 2019, las exportaciones a los Estados Unidos estuvieron valoradas en 13.740 millones de euros. Se distinguen las siguientes partidas: bienes de equipo (3.901 millones), semimanufacturas (3.501 millones), alimentación, bebidas y tabaco (1.929 millones), productos energéticos (1.499 millones), manufacturas de consumo (1.177 millones) y automóviles (1.172 millones).

Si buscamos por partidas, exportamos aceites de petróleo (1.302 millones), automóviles de turismo (691 millones), turborreactores, turbopropulsores (424 millones), aceite de oliva y sus fracciones (424 millones), Antisueros; sangre humana (394 millones), placas y baldosas de cerámica (305 millones) y vino de uvas frescas (295 millones).

Por el contrario, las importaciones de los Estados Unidos estuvieron valoradas en 15.534 millones de euros. Se distinguen las siguientes partidas: semimanufacturas (4.675 millones), bienes de equipo (3.919 millones), productos energéticos (3.095 millones), alimentación, bebidas y tabaco (1.583 millones), y materias primas (869 millones).

De los Estados Unidos traemos medicamentos (2.137 millones), gas de petróleo (1.288 millones), hidrocarburos (965 millones), antisueros; sangre humana (950 millones), aceites crudos de petróleo (910 millones), aeronaves y aceites de petróleo (796 millones).

En consecuencia, tenemos un déficit comercial de 1.794 millones de euros, lo que supone una tasa de cobertura del 88,45%. La balanza comercial bilateral de bienes ha sido tradicionalmente deficitaria para España, salvo en 2014, año en que el aumento de nuestras exportaciones permitió alcanzar una tasa de cobertura del 102%.

A pesar del déficit comercial visto, la balanza bilateral de servicios nos ofrece un saldo favorable a España en 2019 de 1.914 millones.

Las exportaciones españolas de servicios fueron de 6.369 millones, el 8,7% de la exportación total, situándose como cuarto país de destino tras Reino Unido, Francia y Alemania. Por sectores, destacó la exportación de servicios empresariales (34,5% del total), seguido por informática e información (18,8%), transporte (18,4%), seguros (10,2%) y propiedad intelectual (6,5%). El número de empresas exportadoras ha aumentado sensiblemente durante la presente década, pasando de 2.849 en 2010 a 8.342 en 2019.

Si vemos las importaciones de servicios procedentes, estas ascendieron a 4.455 millones. Los cinco primeros sectores de importación fueron: servicios empresariales (45,8% del total), propiedad intelectual (12,1%), seguros (12,1%), informática e información (12%) y transporte (10,2%). El mercado estadounidense supuso el 8,5% del total de la importación de servicios, ocupando el cuarto lugar, tras Alemania, Reino Unido y Francia.

La inversión estadounidense ocupa el primer lugar

En 2018, Estados Unidos ocupó el primer puesto (16,3% del total) en stock de inversión directa en España con 75.720 millones de euros. Se sitúa por delante de Reino Unido (13,6% del total), Francia (11,7%) y Alemania (8,9%). Alrededor de 913 empresas estadounidenses directas (1.232 indirectas) están instaladas en España dando empleo a algo más de 204.000 personas.

Los flujos de la inversión bruta en España en 2019 alcanzaron los a 3.741 millones de euros. Pasó de ser en 2018 el primer inversor en España por flujos, a ocupar la tercera posición en 2019 (16,3% del total), por detrás de Reino Unido (21,4%) y Francia (16,4%).

En los últimos años han estado invirtiendo en el comercio al por mayor, actividades inmobiliarias, fabricación de vehículos de motor, seguros y reaseguros y suministro de energía.

Según el Registro de Inversiones Extranjeras, el stock de inversión directa en 2018 (último año disponible), hemos invertido 84.648 millones de euros, ocupando la primera posición como destino de la inversión española con un 18,5% sobre el total, por delante del Reino Unido (16,9%), México (10,3%) y Brasil (10,2%). Tenemos un total de 646 filiales de empresas españolas dando empleo a algo más de 113.000 personas.

Desde el punto de vista de los flujos, las inversiones españolas en Estados Unidos en 2019 se situaron en 4.011 millones y es el primer destino de la inversión extrajera directa española en 2019 (23,6 del total), seguido de Francia (18,5%), Brasil (9,3%), Reino Unido (6%), Luxemburgo (5,7%) y Argentina (5,6%).

En los últimos cuatro años, hemos estado invirtiendo en servicios financieros, el suministro de energía eléctrica (convencional y renovable), el comercio al por mayor, actividades de consultoría y actividades inmobiliarias.

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