No hay una regla universal para fijar las valoraciones de las empresas. Y menos de una startup cuyo 'valor' también se basa no sólo en intangibles, sino también en su posible potencial futuro (que no siempre llega). Eso debería servir para dar importancia relativa a esa cifra. Sin embargo, hay casos llamativos como el que se ha conocido hoy: una compañía norteamericana que ha pasado en un año de vida a tener una 'tasación' de 1.000 millones.
Al frente está uno de los cofundadores de Flickr, Stewart Butterfield, que vendió la empresa a Yahoo por más de 35 millones de dólares en 2005. Se llama Slack y su servicio, un chat corporativo para empresas con el que reducir el número de correos electrónicos, está activo desde enero de 2013 en fase beta. No es desde el pasado mes de febrero cuando está abierto completamente.
El proyecto es la consecuencia del cierre del original: una startup de juegos móviles. Ese cierre les empujó a plantear este nuevo servicio, pivotando su modelo de negocio. Su explosión comenzó en abril con una ronda de financiación de 43 millones de dólares. Pero el 'espaldarazo' ha llegado hoy con el anuncio de otros 120 millones de dólares.
Esta última inyección económica coloca su valoración en 1.100 millones de dólares. Hay quien puede pensar que es excesivo, teniendo en cuenta que hoy por hoy apenas cuenta con 73.000 usuarios de pago (7 dólares al mes), según cifras de Wall Street Journal. La valoración es similar a lo que pagó Microsoft por Yammer, una herramienta similar, hace dos años.
Cada vez es necesario menos tiempo para llegar a ese particular 'club' de startups con valoración superior a los 1.000 millones de dólares. En este caso, el 'boca a boca' ha sido muy destacado. Ya en febrero de este año hay quien destacaba la viralidad que había logrado el proyecto.
Pero, realmente, ¿no estamos ante otro caso de excesiva valoración? Si los datos no fallan, NYTimes habla de que la compañía no espera superar los 10 millones de dólares de ingresos recurrentes este año, procedentes de los usuarios de pago. Su valoración sería de 100 veces su negocio recurrente.
Es cierto que en la valoración se tiene en cuenta el importante crecimiento previsto tanto en usuarios como en negocio. También lo es que esta última ronda de financiación es más bien, en palabras de su fundador, "una cobertura contra lo que puede suceder en los dos próximos años" (una manera de estar preparado para afrontar ese crecimiento). Pero la realidad es que, a simple vista, es una exageración.
En días como hoy, es bueno recordar las dudas de muchos inversores, entre ellos el propio Andressen Horowitz (que ahora también ha participado en esta ronda de financiación), sobre una burbuja inversora y los efectos que ésta puede tener en las valoraciones de las compañías.
En El Blog Salmón | El caso GoPro: crecer en bolsa un 145% en tan sólo tres meses, ¿Quién es el nuevo integrante del club de las startups con más de 10.000 millones de dólares de valoración? Imagen | Kris Krüg