Para hacer esta crítica usan un par de casos específicos y argumentan que las asociaciones de consumidores reciben quejas de estas compañías. Pero en ningún punto hacen una comparación con las compañías aéreas tradicionales. Simplemente critican las de bajo coste. Muestran datos de reclamaciones por cada 1000 viajeros en el caso de Ryanair, que es de 0,57. Pero no nos dicen si este dato es alto o bajo comparado con Iberia, por ejemplo.
En fin, un artículo interesante, ya que nos muestra la cara amarga del bajo coste y sobretodo nos explican cuales son los derechos de los viajeros ante una cancelación, pero que no quiere entrar en comparaciones.
Desde mi punto de vista a día de hoy merece la pena usar las líneas aéreas baratas. Te dan un servicio casi siempre eficiente a un precio más que razonable, aunque haya que soportar que el interior del avión se parezca a un mercadillo :)
Vía | El País