Mucho se ha hablado en los últimos años de que las empresas españolas, al igual que los particulares, aumentaron espectacularmente su deuda y muchos de los problemas de nuestro país vienen de ahí. Empresas infracapitalizadas y con mucha deuda que cuando vienen los problemas se desmoronan. Pero, ¿es necesario que las empresas tengan deuda?
La respuesta breve es que en muchos sectores sí. No hace mucho Jotdown entrevistó a Santiago Fernández Valbuena, ex-CFO de Telefónica. En un momento dado le preguntaron por la inmensa caja de Apple, que podría comprar Telefónica sin pestañear. Su respuesta es muy interesante:
(...) Una empresa tecnológica que se equivoca con un producto que no le funciona seis meses después puede estar acabada, y esto ya lo hemos visto. No quiero decir que vaya a suceder y le deseo a Apple muchos más éxitos, lo que digo es que este tipo de empresas necesitan tener mucha caja del mismo modo que las telecos como sector tienen que tener mucha deuda, porque si no tenemos una deuda suficientemente grande no podemos hacer crecer los resultados lo suficiente para que, con unos activos que tienen un margen menor, podamos darles a los accionistas una rentabilidad decente (...)
Efectivamente, hay determinados tipos de empresas en los que los márgenes son bajos. Empresa que quizá si se constituyeran de nuevo no se crearían, pero que ya existen y tienen que dar valor a los accionistas. Cuando la rentabilidad es baja sólo hay una forma de hacer que aumente y es con deuda, apalancándose.
Deuda y rentabilidad
Imaginemos que una empresa tiene una rentabilidad del 5%. A la hora de acometer nuevas inversiones tendrá dos opciones, ampliar capital o endeudarse. Es complicado que con esa rentabilidad logre atraer a muchos inversores que podrían poner su dinero en negocios mayores. Si se endeudan a tipos inferiores a la rentabilidad lo que están haciendo es dar más valor a los accionistas actuales. Pongamos más números.
La empresa tiene un capital de 100 y la rentabilidad es del 5% (es decir, ganan 5 unidades al año). Si amplian capital al doble tendrán 200 y la rentabilidad seguirá siendo del 5% ( es decir, 10 unidades al año; suponemos que invierten en expandir su negocio y que al doblar el capital doblan la cifra de negocio). Ahora bien si en lugar de ampliar capital emiten deuda por 100 unidades al 2% tendremos de la empresa gana 10 unidades pero tiene que pagar 2 unidades por los intereses, es decir, gana 8 unidades. Pero, y esto es lo importante, para los accionistas la rentabilidad ha pasado del 5% al 8%, ya que sobre el mismo capital (100) ahora se ganan 8 unidades en lugar de 5.
Esa es la clave del apalancamiento. ¿Riesgos? Claramente si el negocio no va bien la deuda puede ser una losa que se cargue la compañía, pues los intereses de la deuda están ahí, pase lo que pase con el negocio. Y el principal hay que devolverlo o refinanciarlo.
Por tanto la deuda puede ser buena para algunos sectores con bajas rentabilidades pero hay que hacerlo de forma comedida. Precisamente hoy hemos publicado un artículo en el que se muestra que las empresas petroleras están aumentando rápidamente su deuda. Es completamente normal, la rentabilidad ha bajado y para seguir dando rentabilidad a los accionistas tienen que endeudarse para las nuevas inversiones. Ahora bien, si el deterioro financiero es muy grande entonces empieza a ser preocupante.
En El Blog Salmón | ¿Qué es el apalancamiento financiero?
Imagen | GotCredit