Desde luego Siemens no está haciendo méritos para optar al "premio naranja" de las empresas tecnológicas. En estas páginas (web) nos hemos hecho eco en varias ocasiones de las cuestionables prácticas de esta empresa y la poca responsabilidad que sus directivos han aceptado al respecto. No va a ayudar precisamente el anuncio de "profunda reestructuración" que han hecho respecto a su división de telecomunicaciones corporativas. Y es que cuando las empresas usan ese término rar vez se refieren a una mejora de sus procesos, una reorganización de sus unidades de negocio o una redefinición de sus productos: más bien es que muchos los van a poner en la calle.
Pues sí. 6.800 a la calle. Y encima hablamos del cierre de varias plantas en sudamérica y la ventas de otras tantas. Algo que suena extraño en un momento en el que, hasta ahora, no parecía que hubiera ningún tipo de crisis en el sector de las telecomunicaciones, más bien lo contrario: se sentía un cierto repunte tras años de recuperación del desastre de principios de siglo, cuando la caida de las puntocom (que minó la confianza de los inversores en todas las tecnológicas por extensión) y la crisis creada por el retraso en la tecnología UMTS provocó fuertes retrocesos de las fabricantes de equipos de telecomunicaciones.
Lo peor es que en el propio artículo aparecen enlaces a otras dos noticias que dan muy mal rollito: Dell despedirá al 10% de su plantilla y Motorola se desprenderá de otros 4.000 trabajadores, casi nada. Parece que ante los vientos de crisis y de caida de consumo, las tecnológicas aligeran de cara a una posible travesía del desierto. Pues que bien. ¿O se debe más bien a que no se puede competir contra la producción en China?
Vía | Vnunet