Separar las acciones de Alibaba del negocio principal de Yahoo era sólo el primer paso de una dieta de adelgazamiento mucho mayor. Parecía que el movimiento había acallado las críticas de los inversores, pero no han tardado en saltar de nuevo a la escena. El 'inversor activista' Starboard Value LP exige una operación similar para la participación en Yahoo Japón.
Este inversor, que apenas tienen un 1% de la compañía, se ha erigido, en cierta manera, en portavoz de otros que también reclaman una concentración de Yahoo en su negocio principal, la reducción de costes y la devolución de más 'valor' a los que hoy por hoy poseen sus acciones.
Entre las 'recomendaciones', el fondo quiere desgajar las acciones que Yahoo controla de Yahoo Japón. Hoy por hoy obra en su poder el 35% de la compañía. Y reclama que se haga de una manera similar a la utilizada con Alibaba, con el objetivo de reducir la factura fiscal.
De esta forma, Yahoo se quedaría despojado de algunos de los activos que le servían de soporte para sostener sus acciones en plena reconversión y recuperación de su lugar en el 'mapa' tecnológico. El proceso sería similar, como aseguraba el Financial Times hace unos meses, al que ha tenido lugar en Ebay, donde el desmantelamiento es casi total.
El objetivo, aunque salvando las distancias (que las hay), en ambos casos es obligar a volver a sus orígenes y centrarse en sus negocios principales, en los que han perdido su sitio por la enorme competencia surgida en los últimos años. Incluso, de cara a una potencial fusión o absorción con otras compañías para tratar de sobrevivir.
En el caso de la compañía liderada por Marissa Mayer, además inversores como Starboard Value exigen más valor, con una recompra de acciones valorada en 4.000 millones de dólares (en los dos últimos años ha habido algunas más).
Teniendo en cuenta lo que decía un representante de Yahoo a Wall Street Journal ayer ("Mantenemos un diálogo abierto con todos nuestros accionistas", con el compromiso de "la continua ejecución de nuestra estrategia"), es lógico pensar que Alibaba haya sido sólo la primera fase de una dieta más dura.
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Imagen | Chris Chan