Llevamos una semana bastante intensa desde El Blog Salmón con Tesla. Primero publicamos una entrada de nuestro compañero Ancora Imparando en la que se aconsejaba comprar acciones de la compañía californiana debido a que iba a ser el actor fundamental del futuro de la automoción. Y justo ayer Elon Musk dijo que estaba pensando en sacar de la bolsa a Tesla (también nuestros compañeros de Xataka y Motorpasión analizaron la noticia).
Lo cierto es que este tipo de movimientos no es muy habitual pero tampoco es raro. Empresas como Dell o HP (una parte de la escindida Hewlett Packard) dejaron de cotizar en bolsa y pasaron a ser privadas. Esto tiene ventajas y desventajas tanto para la propia compañía como para los inversores.
Compañía: más centrados en el largo plazo pero mayor dificultad de obtener capital
Hay dos motivos por los que las empresas salen a bolsa. El primero es para que los inversores puedan vender sus participaciones, sobre esto hablaremos más adelante. Pero el segundo, y muy importante, es la facilidad que ofrece la bolsa para obtener nuevo capital. Las ampliaciones son más sencillas y cualquier persona se convierte en un potencial inversor.
El problema de estar en bolsa es que las empresas tienen que ser muy transparentes, publicar cifras cada trimestre y esto puede priorizar los esfuerzos en el corto plazo frente al largo plazo. Es el motivo por el que, según sus propias palabras, Elon Musk está pensando en sacar a Tesla de bolsa y convertirla en una empresa privada (si es que logra el dinero, no hay que olvidar que Musk tiene una fortuna de unos 20.000 millones de dólares y comprar Tesla al precio que ha dicho requiere más bien unos 80.000 millones).
El problema de retirar a Tesla de la bolsa y convertirla en privada es lograr realizar sucesivas ampliaciones de capital para seguir financiando el negocio. Hay que recordar que hasta ahora Tesla no es rentable y ha realizado múltiples ampliaciones para seguir invirtiendo. El movimiento de ayer de Musk puede significar que el ciclo de ampliaciones ha llegado a su fin, que Tesla va a empezar a ser autosostenible antes de lo que el mercado predice, o que hay suficiente dinero fuera de las bolsas para financiar sus ampliaciones (como ha demostrado recientemente con la entrada del fondo soberano de Arabia Saudí).
Lo que está claro es que Tesla cotizando en bolsa es una distracción para Elon Musk. No le gusta la transparencia que tiene que ofrecer, que estén todo el día cuestionando la compañía y que haya tantos inversores en corto sobre la acción (es decir, apostando con que va a bajar).
De hecho, el anuncio que hizo en Twitter y la subsiguiente carta que envió a sus inversores diciendo que está considerando comprar Tesla y sacarla de bolsa es, claramente, irregular. Según la normativa de bolsa no se puede anunciar que se está pensando en hacer algo así (es una manipulación del precio de la acción): primero hay que decidir, luego suspender la cotización, y luego, por último, anunciar. SpaceX no cotiza en bolsa y no le da tantos problemas.
Inversores: inversión muy ilíquida
Para los inversores minoritarios, en cambio, no hay pros y contras en estar invertidos en una empresa no cotizada. Son todo contras. La bolsa protege a los minoritarios de una forma muy clara: en cualquier momento se puede vender la acción. En cambio en una no cotizada el inversor depende, en todo momento, de los mayoritarios. Tesla lleva dando años, aún sin tener beneficios, muchas alegrías a sus accionistas, pues su valor en bolsa ha subido desde los 20 dólares que empezó a cotizar en 2010 hasta los 342 dólares antes del anuncio (ahora anda por los 370 dólares, pero la cotización está suspendida). Si no hubiera estado en bolsa los accionistas no hubieran visto nada de ese dinero. Y no tiene pinta de que en los próximos años Tesla empiece a repartir dividendo.
En el libro sobre inversión que hemos publicado este año desde El Blog Salmón dejamos muy claro que a la hora de evaluar una inversión la liquidez es muy importante, y una inversión en una empresa no cotizada tiene una liquidez muy mala:
Invertir en empresas no cotizadas no suele ser una buena idea porque se pueden dar dos escenarios, y ninguno está libre de inconvenientes: en el caso de tener pocas acciones, lo que se llama ser un accionista minoritario, es difícil tener control sobre el reparto de beneficios y además es complicado vender las acciones (es decir, se pierde liquidez). Por el contrario, si se posee una gran cantidad de acciones, lo que se llama ser un accionista mayoritario, en la práctica es equivalente a ser empresario, no un simple inversor, con todo lo que ello conlleva.
Por tanto, y a pesar de que se pueda pensar que Tesla es un buen negocio, tener dinero en una empresa no cotizada es un error. Incluso con un beneficio potencial de multiplicar por 10 el dinero, hay que tener en cuenta que a lo mejor Tesla tarda una década en volver a bolsa, o que nunca vuelve y se pueden tardar 20 años en recuperar la inversión vía dividendos, cuando los dé (si es que los da). Y la posibilidad de salirse antes y limitar las pérdidas son muy bajas.
Quizá he exagerado un poco y sí hay una ventaja de invertir en empresas no cotizadas y es que los negocios están más centrados en el largo plazo, sin tomar decisiones aceleradas acuciadas por el mercado y esto hace que sean, en principio, más sostenibles. Pero volvemos al problema inicial, ¿de qué sirve tener una inversión en una empresa sólida si no hay forma de sacarle beneficio?
Elon Musk ha dicho que dejará todo en mano de los inversores y que, si prospera su propuesta de que deje de cotizar, habrá ventanas para vender las acciones. Pero quizá esto solo sea posible para empleados y otros inversores cualificados, dudo mucho que un minoritario (y menos desde España) tenga esa oportunidad. Y si la tiene, ¿quién fija el precio?
Por el mensaje que ha lanzado, su fortuna personal y su forma de actuar tengo la impresión de que pretende hacer una OPA de exclusión intentando que acepte cuanto menos gente posible, para así no tener que desembolsar mucho dinero y sacar la empresa de bolsa con el beneplácito de los minoritarios, que seguirían de accionistas. Y esto es un gran error de inversión, me temo. Aceptar una oferta de 420 dólares por acción dará beneficios a todos los inversores, yo aceptaría sin dudarlo.
Inversión en tiempos de tipos bajos