El desafío a los jueces ha durado apenas unos días. Uber ha decidido poner fin temporalmente a su servicio en España después de la resolución judicial dictada días atrás. Y lo ha hecho dejando clara su predisposición al diálogo para aprobar un nuevo marco regulatorio que incluya servicios como el suyo.
La estrategia ha sido clara: primero, irrumpir con un servicio tan novedoso como difícil de encajar en el marco legal actual. Segundo, crecer lo máximo posible. Y, por último, tratar de despertar el debate necesario con el que, como reconocían en su momento desde la compañía, "hacer las cosas bien".
Entre el segundo y el tercer paso ha llegado la orden judicial tras la denuncia presentada la Asociación Madrileña del Taxi. Al principio, Uber desafió la orden judicial y anunció que mantendría su servicio UberPop con normalidad en las ciudades en las que está activo (Madrid, Barcelona y Valencia). Sin embargo, ayer tiró la toalla y suspendió temporalmente después de haber recibido la sentencia formal.
En su comunicación oficial, al margen de la defensa de su servicio y su eficiencia, advierte su respeto a la ley. "Mientras apelamos a la sentencia y evaluamos nuevas opciones para dar a los españoles acceso a viajes seguros y cómodos", aseguran.
Pero van más allá y reconocen que su intención final es lograr un hueco 'legal' dentro del escenario actual. "Colaboraremos con políticos españoles para desarrollar el nuevo y necesario marco regulatorio para crear un espacio justo para Uber y la economía colaborativa". Veremos en qué desemboca esa colaboración.
En El Blog Salmón | Uber en España: Primero prohibir, ¿luego regular?, La arriesgada (¿y equivocada?) estrategia de Uber para aterrizar en España
Imagen | Adam Tinworth