En los últimos tiempos, hemos escuchado numerosas noticias y reivindicaciones dentro de diferentes sectores de España sobre la necesidad de lograr la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Un reciente estudio “The Gender Earnings Gap in the Gig Economy: Evidence from over a Million Rideshare Drivers” de enero del 2018 de la Universidad de Stanford ha analizado la brecha salarial entre los conductores de Uber de Estados Unidos, más de 1 millón de personas.
El estudio ha puesto de manifiesto que existe una brecha salarial del 48 por ciento si tomamos como referencia el sueldo semanal mensual, 397,68 dólares estadounidenses en el caso de los hombres frente a los 268,18 dólares estadounidenses de las mujeres.
Nos podemos preguntar: ¿A qué son debidos estás diferencias salariales dentro de Uber?
El abogado Axel Kaiser incita la polémica del estudio sobre la brecha salarial de Uber
El informe sobre Uber fue citado por el abogado Axel Kaiser, quien aprovechó para burlarse de las mujeres y su lucha feminista.
“Estudio muestra que en Uber las mujeres ganan 7% menos que los hombres, y eso que el algoritmo es neutro a diferencia de género”, indicó en su cuenta de Twitter.
Agregó: “hombres saben aprovechar mejor el sistema, manejas más rápido y lo hacen en horas y zonas más peligrosas. ¿O será una conspiración algoropatriarcal?“.
Uno de los principales autores indica que la brecha viene por las limitaciones de desarrollarse laboralmente
John List, uno de los principales autores del estudio de la brecha salarial en Uber, aseguró que las diferencias en el comportamiento entre hombres y mujeres se deben a que las mujeres suelen tener mayores limitaciones para desarrollarse laboralmente. “Los hombres trabajan más horas y hacen más viajes que las mujeres”.
Añade que: “¿Por qué? En gran parte porque las mujeres tienen más obligaciones, por ejemplo, llevar a los hijos a la escuela en las mañanas. O porque tienen que llevarlos a la clase de futbol en la tarde.”
“Esas responsabilidades no dejan que las mujeres adquieran experiencia. Como creadores de políticas públicas, debemos buscar la manera de aliviar esas limitaciones”, señaló el experto en una entrevista de radio.
¿Los argumentos de John List son fundamentados según el estudio de la Universidad de Stanford?
Si comparamos el salario por hora trabajada en Uber, dicha brecha se reduce al 7 por ciento, es decir, 21,28 dólares estadounidenses que cobran los hombres frente a 20,04 dólares estadounidenses que cobran las mujeres, como se puede ver en la tabla “Sumario básico de la estadística, todos los conductos de Estados Unidos” del estudio:
El estudio sobre la brecha salarial de Uber ha analizado el por qué de esta diferencia entre ingresos por hora trabajada y han encontrado tres factores que explican íntegramente dicha brecha, y ninguna tiene que ver con la discriminación:
- Experiencia en la plataforma: los hombres tienden a trabajar más horas y aguantan más tiempo en la plataforma, y que explica el 36 por ciento de la brecha, como se ve en la gráfica “Promedio ingresos por hora, US” del estudio:
- La velocidad: los hombres tienden a conducir más rápido, lo cual explica el 48 por ciento de las diferencias salariales observadas, como se puede ver en la tabla “Parámetros promedios“ del estudio:
- El lugar de conducción: los hombres conducen en zonas de mayor actividad, lo que explica el 28 por ciento de los diferentes salarios que perciben unos y otros, como se puede ver en la gráfica “Acumulación de viajes durante una semana de conductor” del estudio:
Las conclusiones que se puede extraer de la brecha salarial de Uber
En definitiva, la brecha salarial entre hombres y mujeres no se produce por una discriminación sistemática hacia las mujeres ni intencionada por parte de la empresa, esto es, no trabajan gratis casi 2 meses, como ha indicado muchas veces UGT, sino que, tal y como evidencia el caso de los conductores de Uber, existe otro tipo de explicaciones que ayuda a entender estas diferencias.
Por ello, este tipo de cuestiones y polémicas sobre la brecha salarial debería abordarse, en todo caso, con políticas de conciliación.
Es decir, ofreciendo incentivos fiscales a empresas y trabajadores, y mediante una mejor educación que logre una mayor capacitación de los estudiantes para desarrollar las habilidades y conocimientos que exige el mercado laboral en un entorno de flexibilidad.
En El Blog Salmón | No hay discriminación de salario por género, el problema es otro
Imagen | RTVE