Os dejo un pequeño delicatessen para el fin de semana, el documental A nuestra costa, de Yeray Gonzalez. Se trata de un documental independiente, realizado en el 2011, muy crítico con la vigente Ley de Costas de 1988. Entiendo que estos días cobra plena vigencia con la presentación del anteproyecto de reforma de dicha Ley de Costas, una de las promesas electorales del PP.
Sobre las barbaridades de esta normativa ya hemos tratado en este blog, y el documental pone cara y ojos a las personas a las cuales esta Ley ha destrozado la vida: propietarios expropiados con retroactividad y alevosía, empresarios condenados a la ruina más absoluta, etc. Eso si, no comparto, como es natural, el 100% de las conclusiones de esta obra.
Comparto que hay grupos hoteleros que parecen tener una biula especial, de hecho ya hemos hablado aquí de algún ejemplo especialmente próximo al mismo partido que aprobó esta ley (y al que se alude en el video).
Coincido en que, junto con los talibanes ecológicos hay especiales intereses urbanísticos que buscan desalojar a los legítimos propietarios. Pero la clave no esta en el gran capital, ni en el sempiterno lamento de la “invasión goda”, ni…el gran problema esta en el omnímodo poder de la Administración para disponer de la vida y haberes de sus súbditos, y digo súbditos y no ciudadanos.
Por ello no puedo más que sonreír cuando se apunta como solución una cesión de competencias desde el Gobierno central a favor de las Comunidades Autónomas, más cercanas al problema. El problema se trasladaría y los intereses mutarían, pero volveríamos a lo mismo: ¿qué tipo de corrupción urbanística deseamos?
Como ya comentaba a comienzos de año la solución del PP es la prórroga de la concesión por otros 75 años, una patada hacia delante. Eso si, hay determinadas zonas, como por ejemplo Fuerteventura, determinados núcleos de población excluídos de su aplicación. Sinceramente, mi opinión es que se profundiza en la arbitrariedad y en la inseguridad, escondiendo la porquería bajo la alfombra.
¿Conclusión? El BOE vuelve a habilitar a nuestros políticos para que procuren pingües beneficios a unos a costa de otros, bajo la bandera de que queremos una bella costa sin costes.
Más información | PNAC, AEPLC
En El Blog Salmón | El urbanismo según Revilla, ¿Qué es un Plan General de Ordenación Urbana?