Desde hacía cuatro años, concretamente agosto de 2003, en EEUU no se destruían puestos de trabajo. En agosto de 2007 los expertos apuntaban a que habría una creación de 100.000 puestos de trabajo, pero en cambio los datos han hablado en otro sentido.
Han desaparecido 4.000 puestos de trabajo, que si bien no parecen mucho, junto con otro dato negativo hacen que esta cifra sea abultada. Y es que las estadísticas han eliminado de un plumazo a 600.000 personas como trabajadores activos (allí esta definición es bastante estricta y cuenta sólo a las personas que cobran un subsidio y buscan activamente empleo).
Las consecuencias económicas son claras. Un repunte del paro podría afectar al consumo interno, que es el gran motor del crecimiento económico de EEUU. Y por supuesto ya han surgido voces que piden una bajada de los tipos de interés. El problema es que la inflación no está bajo control. La Fed se encuentra en una encrucijada nada agradable.
Vía | El País