Pese a ello, desde este organismo advierten que perciben una desaceleración de cara al segundo semestre del año de magnitud moderada y de carácter transitorio (el PIB podría crecer sólo un 0,7 % entre julio y septiembre tras haberse incrementado un 0,9 % y un 1 % en los dos primeros trimestres del año), por lo que insisten en la necesidad de mantener la senda de reformas iniciada años atrás, situación bastante improbable dada la proximidad de las elecciones generales.
Respecto al paro, desde BBVA señalan que la tasa de paro se reducirá al 22,2 % este año y al 20,5 % en 2016, porcentajes aún de vértigo que confirman que aún queda mucho por hacer en este campo. No obstante, señalan que en el conjunto de los dos años podrían crearse un millón de empleos.
En lo que se refiere al déficit, BBVA apunta a que en ausencia de medidas adicionales este se situará en el 4,5 % este año, tres décimas por encima del objetivo pactado por Bruselas. Ya en 2016 el desajuste sería del 3 % (dos décimas más que en su anterior previsión). Mientras tanto, BBVA sí ve mejoras en lo que se refiere a la deuda pública: esta escalaría hasta el 98,8 % del PIB este año y se reduciría tímidamente, hasta el 98 %, el próximo ejercicio.
Estamos, una vez más, ante unas previsiones que serán muy susceptibles a los cambios que se vayan produciendo tanto en nuestro país como en los de nuestro entorno. Además, el hecho de que estemos en año electoral las hace aún más volátiles.
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