El Banco de Japón ha impulsado una serie de medidas para impulsar la economía después del seísmo que ha asolado el país. Primero ha mantenido los tipos de interés muy cerca del 0% (aquí hay poco margen para actuar). Después ha ampliado la compra de activos dudosos y ha efectuado una inyección de liquidez récord para evitar males mayores. Sin embargo, a pesar de estas medidas, las dudas sobre la economía japonesa siguen ahí. El índice Nikkei ha bajado un 6% en la primera sesión después del terremoto.
Esperemos que las medidas surtan su efecto, pues después de la devastación que ha habido sólo faltaría que una crisis económica se lleve por delante la capacidad del país para salir de esta. La historia nos dice que Japón es muy capaz de recobrarse de una destrucción de tal calibre, pero como dicen en los anuncios de fondos de inversión, "rentabilidades pasadas no aseguran las futuras".
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