Este cambio, se impulsa con el objetivo de favorecer la productividad y la conciliación familiar según los informes emitidos por los comités de expertos, pero el caso es que la asignación de la hora oficial, poco tiene que ver con el resto de factores que afectan a las jornadas de trabajo, horarios escolares, centros comerciales, parrilla televisiva y resto de actividades diarias que se programan cada día. Aún así, el Gobierno se ha comprometido en analizar este informe y llegar a alguna conclusión.
Las franjas de luz solar, antes y después
Si miramos la situación horaria, en España gozamos de unas 15 horas de luz solar en el máximo del verano y un mínimo de 9 horas de luz solar en invierno. Aparte de esta distribución natural de la luz solar, también tenemos otra característica adicional y es que cambiamos la hora dos veces al año, por lo que durante el invierno, realmente estamos a GMT+2 y en verano a GMT+1. Ojo con esto que es importante, dado que cuanto más cerca estamos del ecuador, más se iguala la distribución de luz solar entre verano e invierno. Ciudades alejadas del ecuador, tienen mayor diferencia de luz solar entre invierno y verano.
En todo este proceso de racionalización de horarios, no se ha matizado aún si se llega a aprobar este cambio, qué va a pasar con el horario de invierno establecido en España, porque si nos vamos por defecto a GTM y retrasamos el reloj a GTM+1 en invierno, nos podemos dar con la paradoja de que el sol se ponga en Barcelona a las 16:30 horas en el mes de diciembre, cambio que puede resultar bastante traumático para muchos ciudadanos.
Analizando el cuadro superior, la lógica indica que si finalmente se decide cambiar la hora, se eliminará en simultáneo el GTM+2 que hacemos en invierno, porque los inviernos al noroeste noreste de la península van a ser horribles.
La hora de anochecer y los horarios racionales
Realmente el cambio horario sólo debería repercutir al verano, bajo la óptica de la luz solar y en principio, este cambio no me parece ni mal ni bien, sino todo lo contrario, dado que para racionalizar los horarios, el acuerdo global debe ir más allá de la propia hora en la que anochece en verano.
Este acuerdo implica un cambio inicial en las horas de atención al público en la administración pública, en las empresas, romper con la jornada partida en la mayoría de trabajos y por supuesto, acortar el tiempo destinado a comer. Todo este tipo de cambios, complementado con el cambio en los horarios escolares, adelantando la hora de entrada al colegio, son los cambios que generan en simultáneo la compactación del horario laboral, que es el que realmente nos marca el ritmo cada día, no la hora en la que anochece o amanece.
Datos | Instituto Geográfico Nacional En El Blog Salmón | NAce el Observatorio de los horarios, Trabajan para cambiar los horarios laborales, Más allá del horario de 9 a 5