Todos los países quieren crecer, cuanto más mejor. El crecimiento económico es un objetivo deseable por toda la sociedad, ya que es uno de los elementos fundamentales para alcanzar el desarrollo económico y, por tanto, el incremento de la capacidad de vida de los ciudadanos.
Sin embargo, la búsqueda continua del crecimiento económico no siempre produce efectos positivos en la sociedad en su conjunto. La contaminación y la sobreexplotación e incluso el agotamiento de los recursos naturales son algunos de los inconvenientes que puede llegar a provocar el crecimiento económico. Como es lógico, esto repercute negativamente sobre la calidad de vida de los ciudadanos.
Las causas detrás de los problemas medioambientales
Los problemas medioambientales derivados de un crecimiento económico sostenido en el tiempo son varios. En la actualidad, gran parte de estos se deben a cuatro factores principalmente:
Los modelos de consumo y de producción industrial que se utilizan tanto en los países más desarrollados como en los países en vías de desarrollo, en los que prima el crecimiento económico por encima de las consecuencias medioambientales del mismo.
El incremento de la población mundial durante los últimos siglos, que ha pasado de mil millones de habitantes en el siglo XIX hasta los siete mil millones actuales. Como consecuencia, ha aumentado la demanda de alimentos y bienes, lo que ha generado un agotamiento de recursos.
La falta de sensibilidad y de conocimiento sobre las perniciosas consecuencias que supone la degradación del medio que nos rodea. La sociedad en su conjunto no es consciente de la relación directa entre la pérdida de patrimonio medioambiental y el menoscabo económico y social que esto implica a medio y largo plazo.
La falta de autoridad del poder político. Los distintos gobiernos han dejado hacer y no han adoptado medidas globales de calado para abordar problemas medioambientales trascendentales.
Como veremos a continuación, la interacción de estas cuatro variables se ha traducido en una serie de problemas medioambientales de importante calado en la sociedad.
Principales problemas medioambientales a los que la sociedad ha de hacer frente
Cinco son las consecuencias medioambientales derivadas de los factores anteriormente descritos: la contaminación, el efecto invernadero y el calentamiento global, la reducción de la capa de ozono, la pérdida de la diversidad biológica y la lluvia ácida.
La contaminación. Nos referimos a cualquier tipo de alteración, ya sea física, química o biológica, del aire, del agua o del suelo que produzca daños a los organismos vivos que habitan en estos medios. Las principales causas de la contaminación son el uso indiscriminado de pesticidas y fertilizantes, a las emanaciones de gases no controlados de las industrias, las calefacciones domésticas y el parque automovilístico y los desechos y residuos industriales de las grandes ciudades.
El efecto invernadero y el calentamiento global. La concentración de gases contaminantes está provocando un calentamiento progresivo de la tierra. Según un núcleo importante de la comunidad científica, la acción humana se encuentra detrás de este calentamiento. El cambio climático es una consecuencia del calentamiento global y se manifiesta en fenómenos como la desertificación, el deshielo de los glaciares, la elevación del nivel del mar y en fenómenos meteorológicos extremos como olas de frío y calor, tormentas, sequías, inundaciones, etc.
Reducción de la capa de ozono. La mayor parte de las radiaciones ultravioleta nocivas para los seres vivos son absorbidas por la ozonosfera o capa de ozono. El problema es que en los últimos años esta se ha deteriorado considerablemente, lo que afecta gravemente a la salud del ser humano, al crecimiento vegetal y a las formas básicas de la vida acuática.
Pérdida de la diversidad biológica. En las últimas décadas se está acelerando peligrosamente la extinción de especies animales y vegetales. La destrucción de sus hábitats y la contaminación son las dos causas principales de este fenómeno. Las consecuencias pueden llegar a ser nefastas para la evolución futura de la humanidad debido a que flora y fauna son fuentes de alimentación y medicinas para los seres humanos.
Lluvia ácida. Tiene lugar cuando la lluvia arrastra el anhídrido sulfuroso y el ácido nítrico sobre la tierra, sustancias que se producen por la combustión de carbón y del petróleo y sus derivados. Sus consecuencias son la contaminación de aguas y suelos, la destrucción de la vegetación y el deterioro de edificios.
Afortunadamente, aún estamos a tiempo de poner fin a estos problemas medioambientales.
La solución pasa por el desarrollo sostenible
En las últimas décadas se ha tomado conciencia de las graves consecuencias sociales y económicas de los problemas anteriormente descritos. Es evidente que hay que poner solución a estos problemas medioambientales y muy probablemente dicha solución pase por el desarrollo sostenible.
El desarrollo sostenible se define como aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Es decir, el desarrollo sostenible aboga por un crecimiento hoy que no condene a generaciones futuras a unas peores condiciones económicas y medioambientales de las actuales.
Para conseguir esto, a nivel internacional han sido varios los movimientos políticos. Por ejemplo, en 1997 se suscribió el famoso Protocolo de Kioto, según el cual un importante número de países industrializados se comprometían a reducir sus emisiones contaminantes a partir de 2005. Sin embargo, la aplicación de este protocolo ha sido muy problemática debido a que las dos grandes potencias mundiales, Estados Unidos y China, no lo suscribieron, pues temían que pudiese repercutir negativamente sobre sus economías. No obstante, en 2014 estos países llegaron a un acuerdo para reducir también sus emisiones de gases contaminantes a partir de 2030.
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