Así que ante la acumulación de stock de estas monedas en el Banco de España se ha decidido destruirlas. Esto es normal, ya que cuando se introdujo el euro sólo se tenían estimaciones del número de monedas que tendría que haber en circulación, pero de las estimaciones a la realidad hay un trecho. Además, en estos años ha habido inflación y las monedas de menor valor ven reducir su demanda en detrimento de las de mayor valor. De hecho tengo que la impresión de que hay más monedas de 50 céntimos circulando que de 1 ó 2 euros, al menos en España, lo cual, visto lo que cuestan las cosas de poco valor, quizá no tiene mucha lógica. Estoy seguro de que hay más demanda de monedas de un euro.
Y para finalizar esta reflexión, ¿a nadie más le parece que debería haber monedas de 25 céntimos en lugar de las de 20 céntimos? Muchos precios son proporcionales a 0,25, y al pagar o al darnos el cambio muchas veces tenemos que manejar más monedas de las que serían necesarias en el caso de haber monedas de 25 céntimos. No sé cuál fue la lógica de elegir monedas de 20 céntimos en lugar de las de 25. ¿Alguien tiene alguna explicación?
Vía | El País