Actualmente, la recaudación por el impuesto de labores del tabaco supera anualmente los 7.000 millones de euros (datos 2012), cifra que ya venía lastrada por el cambio de hábito de los fumadores al pasar de las cajetillas de tabaco a la picadura, mucho más barata y que tuvo un impaco importante en 2011. Ahora, el hándicap que tiene Hacienda ahora es controlar y trabar impositivamente un mercado que escapa a Hacienda y que puede hacer un daño considerable en la recaudación tributaria.
Varias dificultades que tiene Hacienda para fijar impuestos
Las dificultades a las que se enfrenta Hacienda no son pequeñas. La primera de ellas es que los líquidos que se usan para los cigarrillos electrónicos, son líquidos de libre circulación con la excepción de la nicotina líquida, que podría controlarse su circulación al ser un producto peligroso en su manejo. Pero Hacienda también sabe que no puede controlar el comercio de nicotina y que su venta es legal en casi todo el mundo, con lo cual, estaría colocando puertas al campo.
Por otra parte, colocar un impuesto especial al propio dispositivo es un contrasentido, máxime aún, cuando no va a controlar el monopolio de la fabricación y distribución tal y como hace ahora con el tabaco que es la clave para que la recaudación de impuestos se mantenga.
Por otra parte, las prohibiciones sanitarias radicales, alegando problema de salud masivo sin demostrar, no tendría sentido porque ese mismo problema sanitario ya lo crea el tabaco y ningún Gobierno se ha planteado por ahora realizar una prohibición formal del mismo.
¿Qué pasará en el futuro? Lo que suele pasar en este tipo de cuestiones y que al final terminará imponiéndose una licencia a la comercialización con una tasa bastante elevada para estas tiendas, tasa similar a la que tiene el juego y que se prohibirá casi con toda seguridad el comercio de estos líquidos con nicotina a través de internet; al menos de manera legal.
Lo que podemos tener claro es que el Gobierno no va a permitir perder la recaudación que obtiene con el tabaco ahora mismo ni va a permitir que un segmento de productos sustitutivos le coma la tostada.
En El Blog Salmón | ¿Qué son los impuestos especiales y cómo funcionan? Imagen | Arguez