La nueva (y polémica) Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha publicado un informe en el que se analice si debe mantener el monopolio de la venta de tabaco en los estancos. El problema que apunta dicho informe es que existe poca competencia entre ellos, los requisitos para tener uno son excesivos y la duración de la concesión es muy grande.
Está claro que el negocio de los estancos es un monopolio, y además privado. Pueden vender ciertas cosas con práctica exclusividad, aunque la CNMC se centra en el tabaco (los sellos también serían un producto en exclusiva, junto con las oficinas de correos). Y las ventajas de este monopolio son brutales (hay quien dice que en España todos los trabajadores quieren ser funcionarios y los empresarios estanqueros, por algo será).
Pero existe un problema: el tabaco es un tema de salud pública. ¿Queremos que haya mejor competencia, que los márgenes bajen que tengamos un mejor servicio al ciudadano? ¿O queremos que el tabaco sea un producto caro, difícil de comprar y con un servicio "o lo tomas o lo dejas"? Creo que es un dilema interesante.
En otros países europeos no es extraño comprar tabaco y sellos en los supermercados. Y sigue siendo un problema (el del tabaco) de salud pública. De hecho en España se vende fuera de los estancos, en las máquinas de los bares (con sistemas de control para que los menores no las usen). Por tanto ya tenemos alternativas al uso de los estancos...
¿Entonces? ¿Qué hacemos? Personalmente me inclino a favor del informe de la CNMC. Los estancos son una anomalía histórica que debe desaparecer. Un monopolio privado que es un privilegio y que no aporta nada a la sociedad. Cualquiera debería poder vender tabaco si cumple una normativa, y si queremos precios altos para desincentivar su consumo, incrementemos aún más los impuestos.
En El Blog Salmón | , ¿Deberían los estancos españoles poder importar tabaco?, Los precios de la luz y del tabaco van para arriba Imagen | César Astudillo