Si hoy mismo abriese una cuenta en un banco español y depositase en ella un millón de euros, tendría muy claro que en los próximos 20 años nadie podría ir a reclamar mi millón de euros aunque en este tiempo no hiciese lo más mínimo con el dinero. Ello es así en España por una ley de 1928 que fija en 20 años el plazo que ha de transcurrir para que una cuenta se considere abandonada o "durmiente".
Sin embargo, en el Reino Unido cada banco fija el tiempo que cree conveniente, siendo lo habitual que oscile entre uno y tres años. Si durante ese tiempo no se produce ningún cambio, la entidad manda una notificación al titular y, si no recibe contraorden, cancela el envío de extractos bancarios por motivos de seguridad.
¿Y a qué viene todo esto? Pues bien, todo esto viene a cuento porque hoy anunciará el Gobierno británico si dedica a obra social el dinero que permanece en cuentas inactivas o durmientes. La mayor parte de esas cuentas contienen cantidades pequeñas, entre 30 y 100 libras (44 a 148 euros). Pero como son muchas, las estimaciones hablan de entre 2.000 y 5.000 millones de libras (3.000 y 7.400 millones de euros).
Se cree que el 60% del dinero volverá a entrar en contacto con sus dueños y el resto se podrá canalizar hacia obra social. La idea surge de Irlanda, donde desde 2001 se transfieren los activos inmóviles durante más de 15 años a obra social. Según informa The Times, el Gobierno británico se interesó por las cuentas durmientes este año, tras descubrirse que algunos bancos habían estado mejorando sus beneficios con el dinero contenido en ellas.
¿Y en España? Pues en España ... este dinero pasa a manos del Estado.
Vía | Cinco Días