Los principales afectados por el caos aéreo del fin de semana pasado, aerolíneas y viajeros, van a emprender la solicitud de importantes cantidades de dinero a AENA o a los controladores aéreos (todavía se está decidiendo si ir contra los unos, o contra los otros) para resarcirse de los costes económicos y de los daños morales, causados por el gravísimo incidente que llevó al gobierno de la nación a decretar el Estado de Alarma.
Con ello, se inciarán multitud de demandas judiciales o administrativas (también está por ver qué cauce legal será el que se inicie) contra un único culpable, el colectivo de controladores aéreos, que sin conocerse, ni mucho menos, la futura sentencia judicial o administrativa al respecto, tendrán que sufragar ciertos costes, o en su defecto el acatamiento de posibles sanciones.
Nunca se previó que un paro de estos profesionales de la navegación aérea, causase tal impacto económico a la economía española, con demostrados efectos colaterales hacia distintos sectores de la economía, básicamente los del transporte de viajeros y la hostería, quienes esperaban maquillar un año nefasto en el ‘puente por excelencia’ previo a las navidades.
Ahora la gran pregunta es: ¿en qué quedarán tales demandas? Hoy por hoy no se conocen quiénes serán las cabezas de turco, pero sí que serán necesarias duras sanciones que garanticen que este tipo de situaciones no se puede admitir. Sanciones que no deben esgrimirse por el vacío legal al respecto y una marcha atrás del gobierno, para desatascar a un mercado con posiciones de poder no homogéneas.
Vía | Expansión
En El Blog Salmón | ¿Deberían responder los controladores aéreos con su patrimonio personal?
Imagen | andresrueda