Estas normas que se transpondrán a una futura ley, buscan mejorar la transparencia de los partidos, clarificar las fuentes de financiación y evitar la colusión con el sistema financiero. Realmente, sólo se conseguirá evitar parcialmente el beneficio financiero y no en todos los casos.
Las nuevas normas que se impondrán a los partidos políticos
Una vez esta ley supere el trámite parlamentario, si no se introducen mejoras sustanciales en este tramo tendremos el siguiente escenario:
- Se prohíben las donaciones a los partidos políticos procedentes de personas jurídicas y de entes sin personalidad jurídica.
- Se prohíben las condonaciones de deuda a los partidos políticos por entidades de crédito.
- Las donaciones indebidas que reciban los partidos tendrán que ser devueltas o ingresadas en el Tesoro.
- Se obliga a todos los partidos, y no sólo a los que perciban subvenciones, a presentar sus cuentas anuales al Tribunal de Cuentas.
- Se aumentan las obligaciones de publicidad y transparencia de los partidos. Así, será obligado que los partidos publiquen en sus páginas web, junto al balance y cuenta de resultados, los créditos pendientes de amortización, con especificación de la entidad concedente, el tipo de interés, el plazo de amortización, así como las subvenciones recibidas y las donaciones de importe superior a cincuenta mil euros.
- Se regula la figura del Responsable de la gestión económica-financiera del partido, que comparecerá ante el Parlamento una vez emitido el correspondiente Informe por parte del Tribunal de Cuentas.
- Se distinguen las labores de fiscalización que ha de realizar el Tribunal de Cuentas en los supuestos de partidos perceptores de subvenciones públicas y de los no perceptores.
- Se prevé el cobro de las sanciones impuestas a los partidos en período ejecutivo por la Agencia Tributaria.
- Las fundaciones y asociaciones vinculadas a los partidos políticos tendrán que inscribirse en el Registro de Partidos.
- Se establece la obligación de fijar un procedimiento normalizado de contratación por parte de los partidos políticos.
- Se regula el contenido mínimo de los estatutos de los partidos políticos.
- Se adapta la regulación de partidos a la recuperación de su responsabilidad penal como personas jurídicas.
- Se regula la colaboración de entidades integrantes del sector público y de entidades de crédito con el Tribunal de Cuentas, para facilitar la labor fiscalizadora de éste.
- Se reconoce la capacidad de creación de partidos políticos a todos los ciudadanos de la Unión Europea.
A priori, esta lista de cambios podría ser positiva, con el sólo "pero" que se siguen manteniendo las donaciones anónimas y ahí tenemos la tapadera perfecta.
La figura de la donación anómina, es anónima sólo para la sociedad
A raíz de los papeles de Bárcenas hemos visto claramente cómo se han realizado operaciones de fraccionamiento de donaciones y también sabemos cómo los responsables de cada partido controlan en todo momento quién realiza una donación anónima. Es decir, la donación anónima es el vehículo perfecto para que el empresario realice la aportación al partido y que no haya rastro en ninguna parte.
Esa donación anónima para el Tribunal de Cuentas, no lo es para el propio partido y por tanto, seguiremos teniendo financiación irregular en el partido político y tendremos un más que previsible foco de tráfico de influencias, cohecho y malversación. Si queremos regenerar la estructura democrática de los partidos, hay que acabar con las donaciones anónimas de cualquier cuantía. No queda otra opción.
Por otra parte, si dejamos también sin fiscalizar las fundaciones de los partidos, flaco favor estamos haciendo a esa transparencia, por más que se prohiba la condonación de créditos desde las entidades financieras y que se eleve la figura de responsable penal al propio partido.
En El Blog Salmón | Cambios en la financiación de los partidos: brindis al sol con poca trascendencia