La volatilidad de los precios de la alimentación perjudica la hambruna

En estas páginas he hablado varias veces de los problemas de la hambruna y de la pobreza. Una de las partes más importantes de esto es el acceso a la alimentación y del desarrollo de este aspecto fundamental, su suministro y sus precios son especialmente de interés. Como vemos en el gráfico, las cosas han empeorado.

Por eso me preocupó la reciente reunión de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO en sus siglas en inglés), la agencia de las Naciones Unidas que trata de temas de la agricultura y de los alimentos alrededor del mundo. Esta reunión extraordinaria trató de las subidas en los precios de los productos básicos de alimentación, que han subido 17% en los últimos dos años, y que, si continúan subiendo, pondrá fuera del alcance de los más necesitados la alimentación básica para su supervivencia.

Durante estas reuniones, parece que los expertos están diciendo que las dramáticas subidas que hemos visto en estos tiempos no continuarán y que, como conclusión, se han mitigado algo los problemas estábamos viendo. No obstante, el problema real es la volatilidad en los precios de la alimentación que estamos experimentando. Que la tendencia alcista se haya controlado no quiere decir que los más necesitados no van a continuar sufriendo la situación mundial de la alimentación.

Cuando vemos que los precios del trigo han experimentado subidas de entre 60 y 80% y los de maíz 40%, estas volatilidades pueden ser mortales.

Las ayudas que se ofrecen a los pobres son bienvenidas pero suele ser la única solución que se propone. Ya he hablado en estas páginas de la importancia de buscar soluciones sostenibles y de largo plazo para los pobres y eso pasa por permitirles desarrollar sus vidas, sus negocios y su propio crecimiento. Empecemos por importar sus productos agrícolas sin las restricciones inherentes en este sector, empezemos con la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) europea, no la primera vez que lo pido en estas páginas.

Además, la FAO ha estimado que la producción global de alimentación tendrá que subir por 70% para poder alimentar los 9.100 millones de población mundial que se proyecta para 2050. Con esto está claro que el futuro no es sólo resolver los problemas actuales y la volatilidad de los precios, el futuro de este tema incluye también ver cómo se afronta la creciente demanda que vendrá automáticamente por fuerza demográfica.

Queda mucho por hacer.

En El Blog Salmón | Hay menos hambruna en el mundo pero todavía demasiada y Europa, la agricultura y el libre comercio, siguen hablando Imagen | Economist

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