Y es que el "crédito barato" no sólo ha vuelto locos a los consumidores en general, sino también a las empresas, que han visto su ocasión perfecta para expandirse y hacer inversiones: un momento boyante de la economía con tipos de interés bajos. Claro que esto no debería ser así, los momentos boyantes tienen que tener tipos más altos para evitar situaciones como esta. Pero como ya hemos comentado más de una vez por aquí, los tipos se han fijado desde el euro más pensando en Francia y Alemania que en España.
Esperemos que este sobreendeudamiento no lastre significativamente a las empresas, pues si sus beneficios caen habrá que recortar gastos para no decepcionar a los inversores, y lo primero que viene en la lista debajo de "recortar gastos" es "despedir a empleados".
Vía | El País