En concreto, a partir del próximo 11 de noviembre vía BOE se hará público el nombre y apellidos o razón social del condenado, así como su delito, la pena impuesta y la cuantía a resarcir.
Resulta curioso que queden exentos de esta publicación los defraudadores que satisfagan la totalidad de la cuantía defraudada a Hacienda con anterioridad a que se haga firme la sentencia. Es una forma sutil de decir: "oye, me pagas lo defraudado y no hago públicos tus datos". No se lo que esto os parecerá a vosotros, pero para mí es chantaje emocional puro y duro.
En mi opinión, nuestro querido Cristóbal Montoro ha perdido el norte con el fraude fiscal. Como ya comentó Remo en su momento, lo que el ministro tiene que hacer es, si verdaderamente conoce a los defraudadores, aplicar la ley y obligar a que estos paguen los impuestos que tengan que pagar. Los ciudadanos no sentimos morbo por conocer el nombre y apellido de estas personas. Lo único que queremos es que se cumpla la Ley Tributaria y que se persiga a los defraudadores.
En El Blog Salmón | La lista de defraudadores de Cristóbal Montoro, la última chulería del ministro incapaz
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