En estas páginas he criticado al profesor Roubini por sus pronunciamientos catastrofistas y equivocadas y, recientemente, por anunciar solemnemente que el gobierno estadounidense está en situación presupuestaria límite y que esta situación le impedirá seguir con sus gastos masivos. Como estos gastos masivos tuvieron el fomento agresivo del profeta del catastrofismo, no puede o, por lo menos, no debe ahora criticar a los gobiernos por estar en una situación que era inevitable siguiendo las políticas que el mismo ha fomentado.
No obstante, con su petición de que el gobierno estadounidense reduzca los impuestos sobre las nóminas que pagan las empresas, por fin el profesor Roubini tiene una idea que merece la pena considerar, aunque falla en la segunda mitad de su propuesta, ya que pide este cambio sólo durante dos años.
Después de este periodo de dos años el profesor dice que, como la economía habrá vuelto a su cauce, este impuesto se podrá reestablecer a su punto actual.
Si es verdad lo que dice en este artículo, parece que el profesor Roubini nos da su fecha para el comienzo de la recuperación del empleo, en los próximos dos años. Cuando eso pase, tendrá que empezar a buscar su siguiente crisis, ya que anunciarnos crisis parece que es su labor preferida.
La idea de su propuesta es que, con esta reducción en el impuesto sobre el trabajo que pagan las empresas, estas estarán más dispuestas a contratar más, ya que será más barato hacerlo. Totalmente de acuerdo, cuando reduces el costo de algo, lo más probable es que veamos más de ello, es decir, más contrataciones.
En estos momentos de desempleo es muy importante reducir los obstáculos a la contratación de trabajadores nuevos pero también lo es en épocas normales. Nunca debemos crear obstáculos a la contratación de trabajadores, más ofertas de empleo es mejor que menos ofertas de empleo, en crisis y en boom. Por lo tanto, los gobiernos deben eliminar estos obstáculos, estos impuestos, para siempre, no sólo durante los próximos dos años.
Esta política es válida para todos los países y todos los gobiernos deben eliminar estos impuestos al trabajo y cualquier otro obstáculo que exista para la contratación por parte de las empresas, como también puede ser demasiado papeleo, etc. Estos impuestos no generan tanto en ingresos y hay formas alternativas de ingresar.
Vía | Washington Post (en inglés)
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