Hacienda cerró 2022 batiendo todos los récords, pues se convierte en el año con mayor volumen de ingresos tributarios de la historia. Esta situación, que no solo de da en España, sino también en otros países como Argentina, no es el resultado de la recuperación económica, del aumento del empleo o del incremento de la actividad, sino gracias a la elevada inflación que asola a los ciudadanos.
La Agencia Tributaria española cerró noviembre con 16.095 millones, un 4,1% más que durante el mismo período de 2021. Si se calcula la media, Hacienda habría estado ingresando diariamente 536 millones de euros. Por consiguiente, el acumulado de la recaudación anual ha sido de un 16% másque en el año anterior.
Con esta implacable recaudación tributaria el Gobierno está logrando reducir el déficit público, bajándolo hasta noviembre en un 62,3% hasta situarse en los 26.513 millones de euros, un 2,02% del PIB. Todo hace indicar que las previsiones de 2023 de 244.072 millones de euros se superarán sin problemas.
El IVA como causa principal
Aunque se intente demostrar que todo es resultado del descenso del desempleo y de la recuperación económica tras la pandemia y de las prácticas medidas sociales del Ejecutivo, realmente los impuestos son los que han hecho mella en los españoles.
Hay que destacar especialmente el aumento del IVA, pues Hacienda ingresó 79.726 millones, un 16,2% más que en 2021, hasta el 30 de noviembre. De hecho, las diferentes administraciones públicas han alcanzado los 223.700 millones de euros en ingresos tributarios durante los 10 primeros meses de 2022.
El aumento del IVA supera con creces el del IPC, que fue del 17,9% durante dicho período, mientras que la inflación media interanual cerró el año en el 8,5%.
Tanto la inflación como la fortaleza del consumo son causas esenciales de esta situación que lleva al Gobierno de Sánchez a haber cerrado 2022 con un superávit de recaudación de 33.000 millones de euros.
El Parlamento Europeo redactó incluso un documento en el que recogía cómo la recaudación tributaria se veía beneficiada tras un período de elevada inflación, y por consiguiente, de aumento del IVA. Y es que éste se encuentra plenamente vinculado a los precios nominales. Si el precio de un producto básico como el aceite se duplica, los ingresos por IVA se duplicarán también, por lo que será un efecto en cadena que acabará repercutiendo directamente al consumidor final.
Los datos son claros, y España ha aumentado sus ingresos de IVA en un 12%, mientras que otros países de la Unión Europea como Francia los han elevado hasta el 18%.
El caso del IRPF
Tampoco queda atrás, según el mismo documento emitido por el Parlamento Europeo, el‘desplazamiento de tramos’, es decir, cómo la inflación empuja los ingresos salariales de los trabajadores a tramos fiscales más elevados debido al progreso del sistema fiscal en la mayoría de los estados miembros de la UE. Así pues, aunque los ciudadanos no incrementen sus ingresos el Estado sí aumentará sus ingresos fiscales adicionales.
Este ‘desplazamiento de tramos’ afecta especialmente a quienes poseen ingresos medios y bajos, ya que además si hubiese un incremento de los salarios los trabajadores tendrían que cotizar más a la Seguridad Social, por lo que el problema se acentuaría. A pesar de todo, la Agencia Tributaria achaca su crecimiento al aumento del empleo, de los salarios y de las pensiones.
Quizás una solución viable sería que España siguiese los pasos de otros países como Austria, que detendrá el ‘avance de los tramos’ durante 2023 a partir de la actualización de los tramos impositivos para las dos escalas de ingresos más bajos cada año.
Una recuperación paulatina
Hay indicadores que reflejan esa clara recuperación durante los últimos trimestres, como el PIB. De este modo, la economía española se estima que ha crecido en torno al 5% en 2022, con respecto a 2021, cerrando el año solo dos puntos por debajo de los niveles de finales de 2019.
El Impuesto de Sociedades también supera ya la recaudación de 2021, creciendo a un ritmo superior al 30% y rondando los 30.000 millones de euros.
Pero la reconstrucción económica frente a la Guerra de Ucrania y la crisis energética no solo es debido gracias a la subida de impuestos derivada de la inflación, sino también a las medidas de choque del Gobierno, a la resiliencia del consumo, a la recuperación del turismo y al impulso de las exportaciones.
El crecimiento de ingresos experimentado por la Agencia Tributaria está permitiendo al Gobierno aprobar medidas contra la inflación y equilibrar el nivel de presión fiscal, aunque todavía está por debajo de las principales economías del continente según apunta la OCDE. Se podría decir aquello de que es ‘la pescadilla que se muerde la cola’, ya que el Gobierno está aplicando reducciones en la inflación a los ciudadanos a la par que por otro lado le sube los impuestos fiscales.