El problema es que este tipo de créditos está dirigido a personas jóvenes y/o con bajos ingresos que al expirar el plazo no pueden devolver el dinero, y deciden volver a pedir un crédito para hacer frente al anterior, con lo que los intereses se van multiplicando.
Esta nueva forma atractiva de atraer a colectivos que normalmente no se habían planteado el solicitar un crédito y de repente se ven inmersos en deudas bastante grandes. Las autoridades están planteándose legislar que las deudas no puedan superar el doble de la cantidad inicialmente solicitadas para así evitar males mayores. Por otro lado las compañías que se dedican a estos negocios niegan que estén generando problemas y señalan que sus clientes tienen una edad media de 32 años y que su tasa de impagos es únicamente del 2%.
Sin embargo a mi me parece que la experiencia de los créditos fáciles que se dieron en EEUU para comprar casas todavía no ha hecho plantearse las cosas a muchas empresas que se dedican a conceder créditos. Estos préstamos fáciles, sin comprobaciones previas, pueden parecer muy suculentos, pero a la larga pueden generar muchos problemas tanto para los usuarios como para las propias empresas que los conceden. Los créditos deben ir asociados a una buena capacidad del usuario para pagarlos.
Vía | AFP En Xakatamóvil | Préstamos por SMS