A pocos días de que se celebre el Consejo de Ministros del próximo viernes, comienza el baile de rumores sobre las medidas que podrían adoptarse. Uno de los rumores que cobran más fuerza es el que se refiere a la imposición por parte del Gobierno de duras restricciones a la venta de preferentes a particulares, medida que llega tarde pero que sin duda será bien recibida por los ahorradores.
Según asegura EFE en una nota de prensa, a partir de ahora se les exigirá a los particulares que quieran contratar este polémico producto financiero su consentimiento de puño y letra y, cuando la sociedad no cotice en Bolsa como era el caso de las cajas, una inversión mínima de 100.000 euros. De esta forma, se espantaría a ahorradores inexperto del pantanoso terreno que suponen las participaciones preferentes.
Dado el desconocimiento sobre productos financieros de una gran parte de la ciudadanía y la mala fe con la que han obrado numerosos bancos y cajas de ahorro, la regulación pública de las preferentes se había convertido últimamente en una clamor popular. El objetivo del Gobierno no será otro que evitar que se repita un nuevo escándalo con las preferentes, un producto excesivamente complejo que la banca vendió a particulares inexpertos como si se tratara de depósitos.
Según las asociaciones de consumidores que han llevado estos casos ante la Justicia, se calcula que más de un millón de clientes vieron atrapados sus ahorros en las preferentes. Con la nueva regulación se evitará que se repitan los errores del pasado, pero no se espera que se solucione el problema de los inversores particulares que por desconocimiento o desinformación adquirieron este producto en el pasado.
A pesar de que esta medida me parece oportuna y necesaria, me queda el mal sabor de boca de ver que una vez más Papá Estado llega para prohibir en lugar de educar. Una solución más a largo plazo para evitar este tipo de situaciones pasaría por educar en finanzas a la población desde la etapa de la educación secundaria. Como he manifestado en alguna ocasión, rara vez se dará la situación de que una persona tenga que elegir entre este o aquel mineral, pero sí que acudirá a una entidad bancaria a realizar algún trámite. ¿No deberíamos estar preparados para estas situaciones reales?
En El Blog Salmon | Ahorradores en jaque por mala praxis bancaria, Sánchez Gordillo tiene razón, políticos y banqueros nos roban indiscriminadamente
Imagen | Antonio Tajuelo