Sealand, una plataforma petrolifera militar abandonada frente a las costas inglesas, fue proclamado país independiente hace unos cuarenta años. Al estar más allá del límite legal de tres millas, está fuera de la jurisdicción del gobierno británico. Cuenta con moneda propia, sellos, himno, bandera, pasaporte y hasta selección de futbol.
¿Donde está gracia de poseer un micropais? Bueno, en primer lugar sin duda se encuentra su situación de alegalidad. Los pasaportes de Sealand han pasado de ser una curiosidad de coleccionismo a ser utilizados para diversos fraudes y delitos, incluyendo el asesinato de Gianni Versace. En otras ocasiones se han utlizado micronaciones como base de operaciones para servidores de Internet con contenidos u operaciones ilegales, no siendo posible intervenir los mismos al no existir jurisdicción responsable. Y también son conocidas las matriculaciones de barcos en estas micronaciones para eludir tasas e impuestos.
Dejando a un lado el fraude y la evasión de impuestos, evidentemente la utilidad de una micronación no va más allá de lo puramente anecdótico... ¿O estamos ante el inicio de una tendencia como cuando aparecieron los paraisos fiscales?
Vía | 20 minutos Más información | Sealand en Wikipedia, inmonaranja, la utopía de los micropaises