La venta de viviendas nuevas continúa cayendo en Estados Unidos y se encuentra en el nivel más bajo desde que existen registros, hace 50 años. Por su parte, la venta de viviendas usadas cayó a su nivel más bajo en 11 años dando cuenta de la débil demanda que vive la economía de Estados Unidos, un hecho que acrecienta los temores de una nueva caída en recesión para la principal economía del planeta.
De acuerdo a la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, la caída en las ventas de casas usadas alcanzó el 27% en julio y fue la mayor caída mensual desde que existen estos registros a principios de los años 60. En términos anuales, la cifra fue la más baja desde 1999. Para el caso de las viviendas nuevas las ventas son desde hace meses las peores en 50 años (ver gráfica).
Las ventas de viviendas usadas se redujeron el doble de lo previsto, y este descenso significa que el mercado de la vivienda no ha sido capaz de adquirir impulso pese al crédito temporal que el gobierno ha dado a los compradores y que llega a 8.000 dólares. Tampoco han ayudado las bajas tasas hipotecarias que se encuentran en niveles sin precedentes. Eso es porque el problema central de la economía es el desempleo que ronda el 10% y las ejecuciones hipotecarias se mantienen en máximos históricos que ponen más presión a la baja en la actividad.
El mercado de la vivienda se encuentra en fuerte declinación en lo que ya se conoce como el fin del sueño americano, y la caída de los precios puede continuar en un proceso devastador para la economía de Estados Unidos y sus principales socios. Por eso se teme para los próximos meses una fuerte presión sobre los precios alentando aún más la espiral deflacionaria. El petróleo se acerca a los 70 dólares el barril mientras el oro se aleja de los 1.250 dólares la onza.