Ayer martes día 18 de abril se cumplían 100 años desde el terremoto que asoló la ciudad de San Francisco en 1906. San Francisco, considerada por aquel entonces la "París de América", ciudad próspera donde las hubiese, se vió reducida a escombros y cenizas. ¿Sólo por el terremoto? Bueno, la mano invisible de Adam Smith también colaboró un poco...
El terremoto (de 7,8 grados en la escala de Richter) fue el detonante, causando una gran destrucción. Una segunda oleada de desastre se derivó de los incendios generados en las instalaciones de gas por toda la ciudad. Y una tercera, los incendios provocados por los propietarios de inmuebles cuyos seguros cubrían el riesgo por incendio, pero no el riesgo derivado del temblor.
Probablemente el desastre hubiese sido de una magnitud extraordinaria sin añadir este último factor. Pero no deja de resultar curioso como una acción egoista por parte de dichos propietarios contribuyó a acrecentar la tragedia. Adam Smith hablaba de la "mano invisible" como el mecanismo (base del sistema económico) por el que la suma de acciones egoistas del conjunto de la población provoca una asignación eficiente de recursos. Pero, en el caso de San Francisco, la mano invisible no hizo sino contribuir al desastre.
Vía | El Mundo