Es posible que a muchos las horas en el trabajo se les hagan largas y duras, sobre todo si echan más de las ocho reglamentarias. Pero aunque las 40 horas de trabajo semanal estipuladas en el Estatuto de los Trabajadores puedan parecer muchas, que a nadie se le olvide que no hace tanto esas horas eran muchas más.
Porque hubo un tiempo en el que el trabajo no estaba regulado como está ahora, y los trabajadores acataban lo que sus jefes les dictasen, sin pararse a pensar en si era justo, legal, etc. Llegando incluso a semanas de 100 horas de trabajo, vaya, lo que viene siendo estar trabajando prácticamente todo el día sin ningún descanso semanal.
¿Y cómo se llegó a lograr las ocho horas de trabajo al día? Gracias a la lucha obrera, que tan de actualidad está de nuevo en Cádiz. Vamos a ver cómo empezó a cambiar todo.
España a la cabeza del mundo
Aunque a muchos les pueda sorprender, por el retraso que nuestro mercado laboral tiene respecto a muchos países del mundo en bastantes ámbitos, fue el primero en dar una jornada de trabajo digna a sus ciudadanos.
En concreto, fue en 1919 cuando el Gobierno, después de las huelgas iniciadas en Cataluña y la presión sindical que tenía encima, cuando aprobó por Ley esta jornada de 8 horas, que se traduce en 40 a la semana, con descanso del sábado y domingo.
Y es que, antes de eso, lo habitual eran jornadas de 12 a 14 horas, con tiempo básicamente para dormir y nada más. Pero fue gracias a la huelga llamada 'La Canadiense' cómo llegamos a lo que tenemos hoy. Esta huelga fue iniciada por los trabajadores de la operadora eléctrica Riegos y Fuerzas del Ebro, que era propiedad de a entidad Canadian Bank of Comerce of Toronto, de ahí el nombre de 'La Canadiense'.
Esta eléctrica despidió a ocho trabajadores por haber fundado un sindicado independiente, lo que llevó a la huelga a sus compañeros como protesta a esa decisión de la empresa. La huelga comenzó el 5 de febrero de 1919 y se extendió durante 44 días y a ella se unieron también los trabajadores de la compañía Energía Eléctrica de Cataluña, lo que se tradujo en la detención del 70% del sector eléctrico catalán.
Es decir, que las autoridades se dieron cuenta de cómo la acción sindical podía llegar a hacer daño al sector económico si no se atendían sus reivindicaciones. Por lo que el 3 de abril de 1919 el Gobierno firmó el decreto por el que se establecía por ley la jornada de ocho horas, siendo España el primer país del mundo en hacerlo oficial.
Cabe destacar que ya teníamos precedentes. Pues en su día, el rey Felipe II, al finalizar las obras del Monasterio de El Escorial, estableció por un Edicto Real fijó la jornada laboral de ocho horas para los trabajadores de la construcción. Dicho edicto decía: “Todos los obreros de las fortificaciones y las fábricas trabajarán ocho horas al día, cuatro por la mañana y cuatro por la tarde; las horas serán distribuidas por los ingenieros según el tiempo más conveniente, para evitar a los obreros el ardor del sol y permitirles el cuidar de su salud y su conservación, sin que falten a sus deberes”.
Por lo tanto, España ya tenía tradición de derechos laborales y hoy en día sigue siendo así.