Los precios mundiales de los alimentos subieron en enero por séptimo mes consecutivo y alcanzaron un nuevo récord histórico de acuerdo a lo que revela la última edición del Índice de la FAO para los precios de los alimentos. Este índice está referido a un conjunto de productos básicos y analiza mensualmente las variaciones de los precios alimentarios a nivel global.
El Índice tuvo un promedio de 231 puntos en enero de 2011, con un 3,4 por ciento de incremento respecto a diciembre de 2010, y representa el nivel más alto desde que la FAO comenzó la medición de los precios alimentarios en 1990, hace veintiún años. Como muestra la gráfica, los precios ha superado los niveles alcanzados en la crisis alimentaria del año 2008. Esto da cuenta de una realidad que nuestro globalizado mundo tiende a olvidar: cada día hay 220 mil bocas nuevas que alimentar, porque cada año agregamos al planeta 80 millones de nuevos habitantes, como puede verse en el post Estadísticas económicas en tiempo real.
Los datos de la FAO indican que la presión alcista de los precios de los alimentos se mantiene fuerte y que esta tendencia persistirá en los próximos meses. Así como no se toma en cuenta el crecimiento demográfico y la incorporación de 2.500 millones de habitantes chinos e indios a un consumo mayor de alimentos, tampoco se consideran las pérdidas de hectáreas cultivables por la avanzada del cemento o por destinarlas al cultivo de biocombustibles. Tampoco se consideran los efectos del cambio climático y las cuantiosas pérdidas de alimentos en Rusia y China producto de la sequía.
Parte de esta sequía tiene relación con el derretimiento de los glaciares del Himalaya, que lo están haciendo a un ritmo más rápido que en cualquier otra parte del mundo. Estos glaciares alimentan los principales ríos de Asia (Yangztze, Ganges, Brahmaputra, Irrawady, Mekong), que permiten el regadío de las áreas cultivables de China e India. El 80% de la cosecha China y el 60% de la India requieren de la irrigación que les da el Himalaya.
De ahí que el alza de precios de los alimentos debiera suponer una grave preocupación, en especial para los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos que pronto tendrán dificultades para financiar sus importaciones alimentarias; así como para las familias pobres que gastan un porcentaje importante de sus ingresos en alimentación.
Mas información | Índice de la FAO para los precios de los alimentos
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