Un antecendete de esta operación fue la fallida Corporación Industrial de Banesto. Mario Conde agrupó las numerosas participaciones que el poseía en diferentes empresas en dicha corporación con la idea de sacar a bolsa un porcentaje minoritario. Era una manera de obtener recursos líquidos sin perder el control sobre las participadas.
La operación se asemeja a la de Criteria aunque con dos aspectos diferentes. La primera es que la caja catalana ha incluido en el “paquete” a sus filiales financieras españolas como su gestora de fondos de inversión o su negocio de seguros. La segunda es que también incluye sus participaciones en bancos extranjeros.
En resumen, saca a bolsa todos sus activos menos la banca minorista española. Se trata de una situación intermedia a la solución italiana que pasó por dar entrada en el capital de las cajas de ahorro a accionistas privadas manteniendo la mayoría en manos de fundaciones, equiparables a las Obras Social y Culturas de las cajas españolas.
El problema radica en la indefensión de los accionistas minoritarios sobre cuales serán los verdaderos objetivos de la caja. Más teniendo en cuenta las dudas sobre sus consejeros independientes y las posibles influencias políticas en la gestión. Para tratar de solventar estos interrogantes, se ha establecido un protocolo donde la caja se compromete a no competir con el holding. También establece los criterios para la realización de operaciones o prestación de servicios intragrupo en condiciones de mercado, así como la determinación de mecanismos para establecer el control del flujo de información entre las dos entidades.
El protocolo estará vigente mientras La Caixa controle más de 50% del capital o tenga potestad para nombrar mayoría del consejo. A pesar de las dificultades que entraña todo pacto entre un único accionista mayoritario y miles de accionistas minoritarios, siempre es un dato esperanzador.
Algunos bancos españoles también deberían haber establecidos pactos similares cuando tienen como accionista relevante a alguna compañía aseguradora que vende sus productos en su red comercial. Existe un riesgo que ese accionista relevante logre una rentabilidad adicional a su participación en base a acuerdos ventajosos en detrimento de los accionistas minoritarios.
Vía | El Economista