La gráfica (tomada de Cinco Días) muestra la cruda realidad del emblemático banco estadounidense liderado por Vikram Pandit, que cuenta con oficinas en más de cien países, y es considerada la mayor institución de servicios financieros del mundo. Pandit (53) sucedió a Charles O. Prince III a finales del año 2007 cuando la crisis financiera había estallado. Desde entonces, ha reducido 110.000 puestos de trabajo (un tercio de la planilla de la empresa) y ha reforzado las prácticas de gestión de riesgo que provocaron el colapso de la empresa. Las acciones de Citigroup se han cotizado en los últimos meses a 3,5 dólares, un valor bastante por debajo de los 57 dólares alcanzados en diciembre de 2006, lo que representa una caída del 93%, algo insoportable para cualquier empresa. De ahí que el príncipe Walid bin Talal, de Arabia Saudita, uno de los principales accionistas del banco, señaló, refiriéndose a Pankit que “su luna de miel terminó y ahora es tiempo de cumplir”, a propósito de las esperadas ganancias que debe obtener la empresa.
Gran parte de las pérdidas de Citigroup son producto de los préstamos incobrables y de las inversiones que se realizaron mucho antes que Pandit se hiciera cargo del barco. A Pandit le ha tocado la dura tarea de operar en medio de la peor tormenta financiera, enfrentando los errores del pasado. Como siga la historia hacia adelante dependerá del curso que tome la economía mundial y de la nueva institucionalidad que emerja desde Washington, un tema que ha encendido una fuerte polémica en Estados Unidos y que ha sido opacada por los medios de comunicacion a raíz de la tragedia que vive Haití.
El caso de Citigroup es todo un símbolo de lo que ha sido esta crisis: errores del pasado desencadenan una verdadera tormenta perfecta que provoca el colapso total del sistema financiero. Para fingir la catástrofe y disfrazarla de un hecho habitual, los gobiernos y los bancos centrales salen al rescate del sistema inyectando grandes cantidades de liquidez.. Pero el sistema sigue en manos de quienes cometieron los fraudes y mientros ellos arreglan sus cuentas el sistema prosigue con el efecto dominó donde lo más contundente es el aumento del desempleo. Esto demuestra que el actual sistema no tiene otra manera para enfrentar las crisis que creando más desempleo y precarizando aún más la calidad de vida de la gente.
Imagen | Cinco Días