En lo que va de año, el Ibex 35 ha anotado una caída del 27,29%, registrándose como la peor gran bolsa europea.
A excepción de la bolsa alemana (rentabilidad del Dax30 -0,35%) que han destacado por un Gobierno solvente frente la pandemia, el resto de grandes bolsas europeas ha apuntado a caídas acumuladas alrededor del 15%. En ese grupo hay que incluir al FTSE MIB de Italia (-15,68%) perteneciente al país en el que se inició el epicentro de la pandemia en Europa y cuyo punto de partida macroeconómico era especialmente débil con una economía estancada desde el segundo trimestre de 2018 y arrastrando diferentes problemas estructurales como su productividad y su elevada deuda pública (130% PIB).
Como punto de referencia, el selectivo europeo representado por el Stoxx 600 refleja una rentabilidad negativa del 11,51%.
No encontramos que existe un diferencial cercano a 16 puntos porcentuales negativos frente a Europa y países tan debilitados como Italia han mostrado un mejor comportamiento. Sin duda, se trata de una distancia notable que se fundamenta la reacción ineficiente por parte del gobierno ante la pandemia del Covid-19 que ha provocado que los inversores mantengan un sesgo negativo hacia la bolsa española.
Aunque el gobierno español no sea el único responsable de la pérdida de confianza, pues existe un componente sectorial que analizaremos más adelante, es el principal actor responsable del deterioro de los fundamentales de la economía en española.
La acción ineficaz y tardía del Gobierno español, no solo llevó a que España se situará entre los tres países con mayores muertes por Covid-19 por habitante, sino que desembocó en un confinamiento total que supuso la paralización absoluta de la economía española.
Los datos finales de la evolución del PIB en el segundo trimestre de 2020 de la Eurozona no dejaron en buena posición a España con un descenso de la actividad económica del 22,1% en base interanual. El empleo también siguió la estela negativa: una caída del número de ocupados del 7,5% frente al trimestre anterior.
Si bien las medidas fueron tardías, los controles se eliminaron rápidamente en junio porque había que salvar la temporada de verano. Con esa inmediatez, y sin las medidas de prevención y rastreo oportunas, España vuelve a notificar hasta 10.000 nuevos casos diariamente, tal como se hizo en el pico de la pandemia en los meses de marzo y abril.
A tenor de la crisis, los riesgos están claros por parte de la economía española: altos déficits presupuestarios que ya están en curso, el incremento de la ratio de deuda de las administraciones públicas y la susceptibilidad del sector bancario junto al riesgo político interno.
Los valores responsables del desplome del Ibex
Y es que grandes valores que tienen un alto peso sobre el índice se han visto a arrastrados en la pandemia. Repsol anota un varapalo del 52,3%, tanto el Santander como el BBVA se han hundido un 51% en sus respectivas cotizaciones.
De hecho, únicamente existen seis valores que se han salvado de la quema: Acciona (+5,5%), Masmovil (+10,2%), Iberdrola (+19,7%), Viscofán (+24,8%), Siemens Gamesa (+40,8%) y Cellnex (+43,4%).
En el caso de Telefónica, publicó que los beneficios se han reducido un 53% en el primer semestre del año frente al mismo período del año anterior fruto de las medidas restrictivas durante la pandemia que llevó a severas limitaciones la actividad comercial dado que el 90% de sus tiendas llevaron estar cerradas en marzo y en abril. Otro de los efectos negativos la suspensión de las competiciones deportivas que ataca al negocio de televisión y no se reinició hasta mediados del mes de junio. Todo ello, ha llevado a la teleco a cotizar a niveles no vistos desde 1996.
La banca ha sido uno de los grandes damnificados en esta pandemia junto al sector del turismo y el ocio. Las consecuencias económicas Para el sector bancario europeo solían de más 400.000 millones de euros en pérdidas estimadas para los próximos tres años. Una revisión de los flujos que se han estado descontando en las cotizaciones.
Los analistas apuntan que las pérdidas por el crédito de los bancos europeos pueden llegar a ascender a 800.000 millones de euros si en Europa se sucumbiera a un segundo bloqueo integral para frenar la propagación del virus. Este es un escenario que no debemos descartar debido al fuerte incremento del número de casos diarios específicamente en España.
Para hacernos una idea del nivel de pérdidas que afrontaría la banca, serían similares a las vistas en el periodo 2012-2013, y representarían cerca del 40% de las pérdidas experimentadas durante la crisis financiera mundial entre 2008-2010.
En España, los bancos están especialmente expuestos a las pymes, mientras que en países como Alemania o el Reino Unido asumen exposiciones inferiores al 15% correspondiente a la media europea.
A la postre, tenemos de nuevo incertidumbre del Brexit sobre la mesa que tiene un impacto notorio contra la banca. La Unión Europea se había estado preparando para poner fin a una saga de Brexit de casi cuatro años en medio de la total renuencia del gobierno del Reino Unido a firmar un tratado comercial. Esto aviva los temores de un Brexit sin acuerdo y pone en tensión a los inversores europeos.
En último lugar, Repsol sufrió una situación sin precedentes provocada por el coronavirus que llevó a un desplome histórico de los precios del crudo y del gas, y tuvo un impacto negativo de 1.088 millones de euros en los inventarios de la compañía. Adicionalmente, Repsol ha ajustado sus hipótesis de precios, lo que ha afectado al valor contable de sus activos de Upstream y se ha reflejado en unos resultados específicos de -1.585 millones. Por todo ello, el resultado neto se situó en -2.484 millones de euros.