Si aplicamos el GAV, valoraríamos los activos de las compañías por su precio de mercado, es decir, lo que estarían dispuestos a pagar por ellos si salieran a la venta. Aplicando este criterio los activos de las inmobiliarias valen el doble de la capitalización bursatil de las mismas en este momento. No parece muy lógico.
Sin embargo, si aplicamos en NAV, es decir, el valor neto de estos inmuebles, nos encontramos con que la capitalización bursatil es un 33% mayor que el valor real de estos activos, por lo que aun habría un dilatado espacio para la caida de estos valores en bolsa.
Y es que revalorizaciones del 1000% en un año, como las de Astroc, no son muy lógicas y solo sirven para, recordando la genial película de Woody Allen, tomar el dinero y correr. Eso sí, los que han corrido a tiempo se han forrado a base de bien.
Vía | Expansión