Pues bien, desde entonces se ha revalorizado más de un 80%, pues su precio de salida fue de 58 euros y hoy supera los 105, lo que pone en evidencia que el valor es un verdadero filón. Pero un filón, ¿para quién? Pues para sus accionistas, pero sobre todo para uno, el Estado, que tiene el 51% de la compañía.
Ya con la OPV para su estreno en el mercado el Estado español se embolsó más de 4.000 millones de euros, ya que redujo su participación desde el 100% a ese 51%. Pero es que ahora sigue recogiendo la cosecha, pues las acciones no paran de subir, encima con perspectivas favorables para lo que queda de ejercicio.
Además, el Ministerio de Fomento anunció este miércoles que el gestor aeroportuario repartirá un dividendo de 320 millones de euros a cargo de los resultados de 2015, lo que supone que el Estado se embolsará más de la mitad de esa cantidad, unos 160 millones.
Por si eso fuera poco…
Ahí no queda la cosa, porque el secretario de Estado de Fomento, Mario Garcés, avanzó que esa cifra de 160 millones se verá ampliada hasta los 400, ya que también se quedará con 240 millones correspondientes a paquetes de acciones que retuvieron los agentes colocadores en la salida a bolsa de Aena para atender a la operativa del mercado que ya han sido vendidos.
Aunque las cifras anunciadas pueden sufrir modificaciones a la espera del cierre del segundo semestre y de comprobar la evolución de los aeropuertos españoles, queda claro que el Tesoro Público recibirá un importante balón de oxígeno con esta aportación de Aena.
Así, la jugada le está saliendo redonda al Ejecutivo de Mariano Rajoy, que había puesto la salida a bolsa del gestor aeroportuario como una de las puntas de lanza de su programa económico para esta legislatura, ante la dificultad del Estado de recaudar por otras fuentes (veáse Hacienda).
Ahora, queda por ver si, tras este éxito de privatización, el próximo gobierno que salga elegido en las urnas este invierno seguirá con esta política y se atreverá a dar el paso bursátil con otras compañías públicas, como Correos, que ya estuvo en las quinielas para saltar al parqué.