Hoy se cumplen diez años de la crisis financiera: diez gráficos para entender sus efectos sobre España

Era el 9 de agosto de 2007. El BNP Paribas decidía suspender tres fondos de inversión ya que no podían determinar el valor de sus inversiones inmobiliarias. Este fue el pistoletazo de salida de una gran crisis internacional y únicamente los medios especializados o las secciones de economía recogían la noticia.

Al poco el BCE tuvo que intervenir el mercado interbancario. El índice Eonia, que fija el tipo medio de préstamos entre bancos por un día, y que normalmente refleja los tipos oficiales de interés, se disparaba. Los bancos no se prestaban dinero entre ellos por desconfianza. La desconfianza, en el mercado financiero, es muy peligrosa.

El punto culminante de la crisis fue en septiembre de 2008, apenas un año después, con la quiebra de Lehman. El mercado interbancario mundial se secó de un día para otro, la crisis se propagó a la economía real y con mucha fuerza. Años después se conoció a esta crisis como la Gran Recesión.

En España la crisis fue doble: aparte de la internacional, teníamos nuestra propia burbuja inmobiliaria que estalló, dejando un paro descomunal y un sistema financiero muy tocado. Vamos a repasar los efectos que han tenido estos 10 años de crisis en España.

Cuentas públicas: PIB, deuda y déficit

El PIB en España tardó en resentirse. Uno de los problemas de España es que tardó en reaccionar, mientras el resto del mundo tomaba medidas aquí se miraba a otro sitio y agravó la situación. Hasta 2009 el crecimiento no fue negativo, pero como vemos en el siguiente gráfico, la recesión fue tremenda. Cuando parecía que salíamos del bache en 2011, nos volvimos a hundir.

Sin embargo los efectos en las cuentas públicas se notaron antes. El déficit creció rápido, estando varios años en el 10% del PIB. Muchos ignoran lo preocupante de esta magnitud. Hubo momentos en el que la mitad del gasto público estaba financiado por préstamos, una verdadera barbaridad.

La deuda aumentó y ha seguido aumentando sin cuartel durante la crisis. Los españoles hemos pasado de deber unos 8.000 euros per cápita a casi 25.000 euros. La deuda pública roza el 100% del PIB. Lo único bueno es que veníamos de niveles históricamente bajos (38%) y esto nos ha permitido no hundirnos como país.

Los efectos sobre las personas: paro, afiliación, población y pensionistas

Si algo es especialmente preocupante sobre la crisis han sido los efectos sobre las personas. La crisis ha golpeado duramente a mucha gente y los efectos todavía se sienten, a pesar de que el PIB está creciendo con cierta fuerza en los últimos dos años.

El efecto más duradero de la crisis es en el desempleo. El paro subió con fuerza desde el principio y con ello la población activa. ¿Por qué? Muchas familias, al quedarse sin ingresos, incrementaron el número de miembros que buscaban activamente trabajo, como se puede ver en la gráfica.

Otro dato importante es la cantidad de personas que trabajan en España. Si miramos los datos de afiliación medios por año vemos como todavía estamos por debajo de 2007.

Y eso que la población ha aumentado. Eso sí, hemos visto como muchos extranjeros han abandonado nuestro país, mientras que la población nacional ha subido de una forma estable. Los datos proceden del padrón. Pero está claro, más población y menos trabajadores: tenemos un problema.

Y ese problema se llama pensionistas, que no han parado de crecer desde el inicio de la crisis. Mientras no mejoren los datos de empleo y afiliación no vamos a dejar de tener un problema con las pensiones, me temo. Y esta nefasta década ha hecho que los problemas que tarde o temprano nos íbamos a encontrar en este área se aceleren.

Datos sectoriales: industria, matriculaciones y vivienda

La magnitud de la crisis también se puede medir por la actividad económica particular de ciertos sectores. Por ejemplo, tenemos el índice de producción industrial para España durante los últimos diez años. Y vemos la magnitud de la crisis, con caídas al inicio del 30%. El problema es que la recuperación de dicha producción requiere muchos años al ritmo actual.

La automoción genera muchos empleos en España y la venta de vehículos en nuestro país también se desplomó, a pesar de los planes de ayudas (PIVE) que recibió el sector. Por suerte somos grandes exportadores y el buen comportamiento de otras economías puede hacer recuperar nuestra industria automovilística incluso con pocas ventas locales.

Por último queríamos mostrar la gigantesca caída del precio de la vivienda en España, según datos del INE, en la última década. Aunque está recuperándose no parece que lleguemos a precios de 2007 en mucho tiempo. Claro que en este gráfico hemos mostrado los últimos diez años y no la gran subida que vivió el sector en los diez anteriores.

Después de estos diez años podemos concluir que ha sido una década perdida para la economía española. Aunque la vía de crecimiento es ahora más sólida que antes, hemos tardado mucho en hacer reformas necesarias y quizá hayan sido insuficientes. Tendrán que pasar más años para ver si hemos superado esta crisis del todo y con cimientos más sólidos.

En El Blog Salmón | Cinco años de crisis financiera

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